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Tres años hace ya pequeñina que duermes a mi lado y no dentro de mí, tres años en los que dormir es un decir porque anoche, cuando quise escribirte estas líneas como cada año me dormí yo antes que tú, como suele suceder, y aunque he madrugado para escribirte, no sé si me dará tiempo a terminar, porque tienes la fortuna de dormir poco. Porque cada día lo veo más como una ventaja, porque cuando duermes no vives debes pensar y tienes razón.

Me encanta ver la niña en la que te has convertido, este año ha pasado volando, ha traído muchos cambios en ti y en la familia, pronto seremos uno más. Y tú lo supiste antes que nadie, con esa capacidad que solo tenéis los niños de observar todo lo que está pasando, normalizarlo y hacerlo visible. Y me lo dijiste tan feliz ¡Tienes un bebé en la tripa! aunque ya hayas decidido que no vas a ser la mediana, que vas a ser la hermana mayor también, como Abril, porque siempre la has visto como una igual y ahora que llega un pequeño no iba a ser menos.

Me encanta ver la hermana mayor que ya eres, como pones crema a la mitad de la tripa que os habéis repartido para masajear y le cuentas tus cosas y el bebé te cuenta las suyas y le das besos y pedorretas y te calientas las manos cuando están frías antes de tocarme la tripa. Recuerdo tu carita cuando viste la ecografía como esperando ver algo más nítido y como te partías de risa porque tenía un pie en la cara. Sé que lo querías ayer de regalo, aunque entiendes que aún tiene que crecer un poco más, ya queda menos cariño.

Me encanta verte dormir, porque nos ha costado tanto llegar a este punto y he estado tan al borde de la locura que pensé que no llegaría. Y esta noche no ha sido buena, te has despertado mucho, muchísimo y aunque te he ofrecido girarte y venir a mi cama me has dicho que no para no darme patadas, que solo querías mi mano. Y mi mano tienes pequeña, hasta que dejes de necesitarla o hasta que nazca el bebé y tengas que cederle tu minicuna, cosa que ya has asumido con entereza, como un logro, aunque no sepamos bien que decisión vas a tomar después.

Me encanta verte jugar, tan autónoma, tan feliz, tan independiente, sin nunca pedirme que me siente a tu lado,  solo necesitas traerme comidita de madera a ratitos y siempre pienso que lo haces porque no quieres que me aburra.  Y tú nunca te aburres, siempre buscas algo que hacer y ya casi nunca es liarla y siempre es algo productivo, salvo recoger, que lo odias, como yo pequeña, pero es lo que toca… Me chifla ir al parque contigo y ver como observas a los niños, los analizas, los descubres, como comentas sin juicios las relaciones con sus padres, como si para ti todo estuviera bien. Porque eso es lo que más tengo que agradecerte, una maternidad tan complicada que me ha hecho replantearme todo, asumir la imperfección como perfección amorosa y evitar el juicio más grande, el que nos hacemos a nosotros mismos, evitar la culpa. Hace tres años era mucho peor madre, pero también mucho peor persona. Tu mirada está tan llena de sabiduría que la contagias pequeña.

Me encanta escucharte hablar, aunque a veces te apagaría un ratito porque no paras ni un segundo, me encanta el cambio espectacular que has dado este último trimestre, como las rabietas han disminuido, como tu lengua de trapo ha desaparecido y como cuentas entre despreocupada y divertida que tienes un novio, que es muy guapo y que te das besos con él. Y como te divierte que a tu padre le cambie del gesto.

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Me encantan tus besos, porque solo los das cuando quieres, como todo lo que haces en esta vida, porque me coges la cara con las dos manos, cierras los ojos y juntamos los labios mucho rato, porque los besos en los modross tienen que ser así, claro que sí pequeña, espero que lo recuerdes siempre, que la vida hay que vivirla con pasión que solo tenemos una y es muy corta.

Me encanta ver como te despiertas, con tanta energía y buen humor, te acabas de acurrrucar a mi lado, ¿Desayunamos mami? Hay tarta. Claro cariño, puedo terminar mi post? Si claaaaro sabes que ayer fue mi cumpleaños. Y pones tu cabecita en mi pierna y acaricias la barriga que un día fue tu casa y pienso que todavía te queda un poquito de bebé. Y que el post puede esperar que tenemos tarta de chocolate en la nevera. ¡Mami eres la mejor!

Pero no, la mejor eres tú, pequeña. Feliz tercera vuelta al sol.

Fotos bonitas de Ara Schmetterling.

¡Espera un momentito!

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