Os comparto algo que escribí ayer, después de salir, por primera vez en un mes y medio, con mis chiquitinas al campo 🙂
Creo que hoy hemos vivido la hora más bonita del año. Ha sido absolutamente precioso y perfecto, los niños y las niñas nos han demostrado una vez más que nacen sabiendo cooperar, que tienen todas sus potencialidades y que son lo más preciado que tenemos como sociedad.
La misión no empezó bien y hubo que ajustar algunas cosas antes de salir. En un momento incluso quise controlar la situación evadiéndome, pero recordé cuál era el propósito de la salida, no era mi necesidad, sino la suya, y pude pasar del interés propio al interés social.
Sin querer, ayer pecamos un poco los adultos de ese «lentejas o puré de lentejas» del que os he hablado a veces. Lectura de BOE mediante, se crearon nuevas pautas.
Y lo que viene a continuación son nervios (de los bonitos, los de la ilusión) y sorpresa. Guau, cómo ha crecido ese árbol, guau que grandes las amapolas (la única que creció en casa, la diseccionamos XD), guau como está el prado, guau como está la dehesa.
Y las rocas graníticas se transformaron en castillos, los árboles en torres de vigía, las pendientes en toboganes, los conejos en conejicornios, las setas en tesoros, y las flores, las flores siempre serán flores, pero las silvestres fueron tan valiosas como las más caras rosas.
Y cuando la alarma sonó y marcó el fin del paraíso, ni una mala cara, ni un mal gesto, puro y absoluto agradecimiento por lo vivido. Y la esperanza de repetir mañana, «y si llueve, venimos con los monos de agua».
Incluso Lola, que justo cuando tocaba encontró unas «ovetas» (ovejas) y quería ir a saludarlas, sonó la alarma. Solo repitió varias veces «toy fadada» y «no e juto», mientras se sentaba en el carro e iniciábamos el camino de vuelta a casa.
Hubiera sido total y absolutamente esperable y legitimo un secuestro amigdalar (lo que llamamos despectivamente rabieta), y no lo hubo.
Se cruzaron con amigos, responsabilidad absoluta. A la ida dejamos mensajitos en el barro y a la vuelta había muchos más. Corazones y arco iris. Pertenencia y contribución.
Gracias infancia por todo lo bonito que nos habéis dado.
Y después de agradecer, toca reivindicar, ¿qué pasa con los adolescentes?Todo mi apoyo
¿Qué tal os ha ido?
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Preciosa reflexión. Por aquí también muy muy emocionados y disfrutando de la salida!
Nuestra salida hoy ha sido bajo la lluvia, pero igual de bonita. Con chubasqueros, con las bicis, dando vueltas a las mismas calles desiertas, pero aún así (el paisaje no era nada bonito) ha sido especial. Los niños daban gracias por volver a salir, se sentían raros, pero ahí estábamos…Precioso!!!!
Me uno a tu reivindicación…los adolescentes también necesitan salir!!!!
La mía tenía muchas ganas de salir, pero a la hora de la verdad la realidad no alcanzó las expectativas, sin parques, sin otros niños y sin ir al kiosko a por chuches. Además, justo cuando empezó la cuarentena le acabábamos de poner gafas y parche porque tiene un ojo vago no, vaguísimo y anda muy mimosa. Con la mascarilla se le empañan las gafas y entre que con el parche puesto ve regular, que con el cristal empañado aún menos y que si le quito las gafas, con el ojo vago no ve prácticamente nada, pues al final ella misma estaba deseando volver a casa.