¿Los celos entre hermanos y hermanas se evitan o se previenen?

Y es que, ¡no es lo mismo!

Prevenir se refiere a anticiparse, si es que se puede, que no siempre será posible.

Evitar puede conllevar impedir que sientan la emoción, que no es ni positiva ni negativa, es legítima, natural, esperable y muy, muy válida (aunque para nosotros sea dolorosa e incómoda).

Los niños y las niñas tienen necesidades básicas, que si no ven satisfechas, buscarán conseguir de otra manera, a través de peticiones que se consideran como caprichos.

Si a través de las peticiones de atención ven que no obtienen mirada, ni escucha, sino que se ignora lo que nos están queriendo decir, al final acaban desconectándose de sus verdaderas necesidades.

A veces, no podemos atender todo, pero nuestra manera de comunicarnos y hacerles ver que los estamos entendiendo, en lugar de verlo como un capricho, cambia mucho la percepción del mensaje que reciben.

Sienten mucho rechazo hacia la persona que aman que, a su vez, es objeto de sus celos. Y ese sentimiento de odio, contradictorio con el del amor, hace que sea mucho más difícil el manejo de lo que están sintiendo, no solo para las personas adultas que acompañan, sino también para el niño o la niña que lo siente.

Pero el acompañamiento emocional les ayuda a poder tener esa vivencia, acompañados por sus figuras de referencia, sin miedo al rechazo.

Entonces, ¿qué puedes hacer ante un conflicto de tus peques?

• SI ES NECESARIO INTERVENIR, hacerlo sin tomar partido.

Desde la observación objetiva y la escucha, reflejando lo que vemos y ofreciendo nuestra ayuda.

• SI SE HACEN DAÑO, intervenimos para evitar que se lastimen más.

Y después, validamos y acompañamos -física y emocionalmente- a todos, hasta que la intensidad baje.

• CONFIAR EN SU CAPACIDAD DE RESOLVER PROBLEMAS.

Dar aliento y autonomía a los niños les ayuda a tomar responsabilidad y sentir que pueden hacerlo. Y para que esto sucede es necesario que sientan seguridad.

• ESPERAR A INTERVENIR ES TAN IMPORTANTE COMO DAR PRESENCIA.

Si necesitan nuestra ayuda para resolver el problema, estaremos ahí, como mediadores, no como jueces.

• ACEPTAR QUE LA RIVALIDAD EXISTE Y QUE NOSOTROS INFLUIMOS EN ELLA.

Podemos aumentarla o disminuirla con nuestros comentarios y acciones.

Respira, esto viene dado en parte por el modelo de competitividad y comparación con el que crecimos.

• LA PALABRA MÁGICA, A VECES, ES «SOLO» TU MIRADA.

Que es tu verdadera varita cuando descubres que el comportamiento indica una necesidad.

• FRASES «COMODÍN» MIENTRAS INTEGRAS EL CAMBIO DE MIRADA.

«Veo dos peques que tienen un problema, ¿cómo puedo ayudaros?»

¿Cómo te sentirías tú si alguien te ayudase a gestionar conflictos de alguna de estas maneras?

Aparte de mis cursos o asesorías, en las que te acompaño para que puedas acompañarles, tengo no uno sino dos pódcast (gratuitos) sobre celos y rivalidad entre hermanos y hermanas.

En ellos te cuento cómo podemos acompañarles no para buscar herramientas que eviten que sientan celos (punta del iceberg).

Sino para ponernos las gafas de bucear y sumergirnos debajo del iceberg, y reflexionar sobre la diferencia entre resolver favoreciendo la desconexión (control, negación emocional, etiquetas, comparaciones…) o favoreciendo la conexión (empatía y comprensión, validación emocional, escucha activa, amor incondicional y cooperación).

¿Cuáles son tus palabras mágicas? Te leo