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Hoy me toca ponerme la capa de bloggera seria y hablar de cosas tristes pero necesarias. De lo duros que pueden ser los embarazos cuando ya hay un peque por casa, y sobre lo doloroso que es una perdida perinatal. Una lectora,  Palabrita de mamá, me hizo esta pregunta en la nueva sección del blog «Mamá necesita un cafe«. El objetivo de esta sección es que podamos interactuar más y mejor y podamos conocernos un poquito, por eso cada semana elijo una pregunta para responder tomando café, pero ésta era tan interesante y compleja que no podía responderla con un par de párrafos.

A mi me gustaría saber que sensaciones tenias estando embarazada de Emma,si temias que las cosas cambiaran demasiado, si teniais alguna preferencia sobre el sexo de la personita q iba a llegar,si crees q el vínculo habria sido distinto entre hermanos. ..son preguntas un poco tontas,pero como ahora estoy en esa fase y no lo hablo con nadie más que con mi marido lo hablaría contigo,para conocer tus sensaciones. .Yo pienso que por el mero hecho de ser personas distintas cada criatura es diferente pero hay tantísima gente q habla de lo distinto q redulta criar a un niño que a una niña. ..y ahi tienes a tus dos soles,niñas las dos y tan distintas…

¡Cómo me removió esta pregunta! La respuesta era fácil, no tenía  ningun interés o preferencia por un sexo u otro, así que tampoco me planteaba si habría un vínculo distinto si fueran dos chicas o chico y chica. Hay parejas de hermanos del mismo sexo que se llevan a matar y que se adoran, y exactamente pasa igual con las parejas de distinto sexo. Lo que me removió de la pregunta fue recordar mis sensaciones. ¡Ay que difícil es enfrentarte a tus sombras!

Para que podáis entender bien la historia tengo que contar que entre medias de las dos niñas, perdimos un bebé. Fue un embarazo no planificado y biológicamente parecía hasta imposible. (Si queréis saber más sobre planificación natural puedo  invitar a A., que la considero una experta y seguro que me está leyendo hoy, dejadle un comentario para animarla a «venir»).  Fue por estas fechas hace tres años, Abril aún no había cumplido un año. A día de hoy aún recuerdo la llorera que me dio cuando vi el test positivo y seguro que MachoAlfa recuerda el mensaje apocalíptico que le envié. No estaba nada feliz,  siempre he sido partidaria de que los niños se lleven al menos tres años. No querías caldo… toma tres tazas…

Enseguida salí del shock y no podía estar más feliz. Empezamos a hacer planes, empecé a verle ventajas a tener dos peques que se llevaran año y medio, seguro que serían super amigos para siempre, empecé a pensar nombres (en casa MachoAlfa elige apellido y yo nombre jijiji), empecé a imaginar como me iban a caber dos cunas de colecho, empecé a comprar pañales de tela para el miniculito que vendría. El agotamiento era enorme, las noches se volverieron aún más duras, la lactancia se me hacía insufrible, el embarazo con un niño tan pequeño es agotador, pero les imaginaba juntos y felices, llevándose fenomenal, peleándose por los juguetes y por ir en brazos de mamá y se me pasaban todos los males. Nunca pensé en si sería mejor si fueran niña y niño o dos niñas, aunque tenía la intuición de que llevaba otra niña. Las imaginaba juntas en el cole, ¡sólo se iban a llevar un curso escolar! Planes, planes y más planes. Pero la vida es lo que pasa cuando haces planes.

Planes, planes y más planes. Pero la vida es lo que pasa cuando haces planes.

Justo el día que le dije a la matrona que me gustaba que quería que ella fuera quien me atendiera el parto, la desazón se apoderó de mí y confirmamos que el bebé no tenia latido. Esto da para muchos post. El duelo, la impotencia, la culpa, la amargura y también la paz. Sensaciones encontradas y mucho dolor. Y en los momentos lúcidos, un pensamiento que salía al exterior, irrefrenable: ¿volvería a ver a mi bebé?

Fue entonces cuando recordé que hace muchos años, me llegó esta preciosa historia sobre el bebé espíritu, la traduje malamente y la publiqué en los foros de El Parto es Nuestro.

Verás Mama, así es como sucede: Yo mismo fuí un bebé espíritu, así que así debe ser como lo sé. En cualquier caso, cada mujer tiene un círculo de bebés que gira sobre su cabeza, son los posibles bebés que puede tener en toda su vida. Cada mes, uno de esos bebes esta el primero de la fila. Si se queda embarazada, ese es el bebe que nacerá. Si no se queda embarazada, el bebé vuelve al circulo y continua girando con el resto de los bebés. Pero, si se queda embarazada, pero algo malo pasa antes de que nazca el bebe, escucha mamá, porque es la parte verdaderamente guay. El bebé vuelve al círculo, pero se convierte en un bebé espíritu y el resto de los bebés le dan prioridad. Cada mes, ¡él es el primero de la fila! ¿No es fantástico? Así que sólo tienes que quedarte embarazada de nuevo y entonces tendrás el mismo Bebé Espíritu. Si no lo haces, entonces el círculo de los bebés simplemente lo enviaran al círculo de otra mujer, y será el primero de la fila para ella. Permanecerá siendo el primero hasta que finalmente nazca. Así que sería una pena que no lo tuvieras tú misma, porque sé cuánto lo quieres. Así que tienes que intentarlo de nuevo Mamá, ¿te acuerdas de aquel bebé que perdiste antes de yo naciera?” -­ Afirmé sin poder articular palabra- “Bueno pues ¡era yo! De verdad, siempre he sabido que era un Bebe Espíritu, quiero decir, sé de lo que estoy hablando Mamá”

El pensamiento de que podía volver a ver a Ariel me taladraba. Y empecé mi campaña de acoso y derribo porque MachoAlfa, que no era un manojo de hormonas y culpa, sino un ser racional, prefería ceñirse al plan inicial, que se llevaran 3 años. En algún momento, no sé si por mi pesadez o porque realmente necesitaba hacer algo para que me sintiera mejor, accedió. Y así llegó Emma, nuestro bebé más deseado. Pero enseguida me di cuenta de que no era mi bebé espíritu. Fue como una revelación, yo no buscaba tener otro hijo, buscaba al que perdí. Y eso era imposible. Ahora lo sé, y en ese momento lo supe. Y fue uno de los momentos más duros de mi maternidad asumirlo. Pero también aprendí algo clave: A veces tomamos decisiones buenas y racionales y salen mal. A veces decidimos con el corazón en vez de con el cerebro, y finalmente son decisiones maravillosas. Nunca sabes donde está tu suerte.

A veces decidimos con el corazón en vez de con el cerebro, y finalmente son decisiones maravillosas. Nunca sabes donde está tu suerte

Si hubiera sido racional, Emma no estaría aquí conmigo ahora mismo. Si hubiera sido racional no estaría acurrucada en mi pecho o subida en mis hombros mientras intento escribir estas líneas. Si hubiera sido racional, quizás no tuvieran esta relación tan preciosa que tienen ahora.  Si hubiera sido racional, no hubiera aprendido tanto. A veces hay que tirarse a la piscina simplemente confiando en que sabemos nadar.

A veces hay que tirarse a la piscina simplemente confiando en que sabemos nadar.

Y hasta aquí ha llegado la historia de este embarazo. No quería que me quedara tan largo, así que la historia de Emma la tendremos que dejar para otro post. A nivel físico fue un embarazo duro, y a nivel emocional ni os cuento. Pero intentaré contároslo en clave de humor para compensar el tono triste de este post. Más recursos sobre muerte perinatal en esta entrada.

¡Que empecéis la semana con buen pie! Sed muy felices <3

 

¡Espera un momentito!

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