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¡Muy buenas! Hoy en el blog os mostraré en qué consiste la Disciplina Positiva en la primera infancia y la relación que tiene con el establecimiento de un apego seguro. . Al final del post os adjunto también la conferencia que tuve el honor de cofacilitar con Rafa Guerrero de Darwin Psicólogos y con mi mentora, Marisa Moya, a quien entrevisto en este post.

En muchas ocasiones me han preguntado como trabajar la Disciplina Positiva en la primera infancia, puesto que las herramientas de la DP no pueden aplicarse en niños tan pequeños. A mi siempre me hace replantearme mucho como estoy yo transmitiendo lo que es la Disciplina Positiva y cómo estamos llegando a las personas que se acercan con curiosidad a ella. DP no es aplicar herramientas es entender y guiar a los niños a buscar su pertenencia y contribución. Si se usan herramientas de cooperación desde la verticalidad y la superioridad, en definitiva, desde el control, el resultado puede ser catastrófico.

No se me ocurre mejor persona para explicaros en que consiste la DP para la primera infancia que alguien que alguien que lleva toda su vida profesional cuidando infancia. Esta entrevista surgió como un apéndice a este post en el que Marisa nos explicaba los tipos de certificación existentes, y finalmente decidí que fuera un post exclusivo porque la primera infancia es lo más importante de nuestra vida, cuidarla no es aplicar técnicas, es amarla, entenderla, respetarla y venerarla, para poder tener adultos sanos, necesitamos niños con vinculaciones afectivas óptimas.

Os dejo con Marisa Moya, leerla es un regalo y verla en acción es absolutamente inspirador

¿Qué diferencia hay entre la de Certificación de familias y la de primera infancia?

Este año hemos estrenado a nivel mundial la primera formación sistemática basada en los principios de la Psicología Adleriana y los criterios de los Disciplina Positiva para la primera infancia. Un proyecto de gran envergadura que supone la revisión de muchos conceptos y prácticas que están en uso y no sientan bien a niños y niñas; así como también intenta presentar herramientas poderosas para capacitar a los educadores (y padres), y ayudarnos a comprender la importancia que para los niños pequeños representan las habilidades sociales y emocionales.

Hasta ahora la formación que hemos impartido era para familias y para docentes. La de familias aborda un programa exigente y compasivo con el autoconocimiento del adulto educador.

Nos invita a ver el “presente”, entendido como “los conflictos que nos enfrentan a los chicos”, como oportunidad para influir en la infancia de un modo más humanizado. Las estrategias que estamos utilizando de mero control y corrección no ayudan a los niños a observar en nosotros los principios y valores que les exigimos. Necesitan experiencias vitales en las que encuentren el modelo. Necesitan ejercitación de estas habilidades porque no nos nacen de un día para otro, crecen con la voluntad, el esfuerzo y el acompañamiento incondicional del afecto y la confianza del educador.

Crecer por dentro.

Niños y niñas capaces de respetarse y respetar, de tomar decisiones que les reflejen una imagen personal de autoestima saludable. Niños y niñas con plantillas de vida en las que se entienda y se comunique el lenguaje del amor y la responsabilidad.

Las pequeñas cosas de las relaciones, las decisiones del adulto a la hora de enfocar el error, pueden ser grandes cosas en la construcción humana, muchas veces, casi determinantes.

Castigar resulta incómodo, fácil y hasta exitoso; acompañar una conducta inadecuada a través de la conciencia emocional y la resolución de problemas enfocando las soluciones es difícil y satisfactorio para ambas partes.

No todas nuestras prácticas resisten la pregunta ¿qué pudo aprender mi hijo de la estrategia que utilicé para abordar este problema? Si solo aprendió a detener el comportamiento no tuvo oportunidad de crecer a través del conflicto.

La certificación de familias pone el foco en el padre/madre. Promueve revisiones profundas ¿qué educador estás siendo? ¿Cuál es tu influencia? ¿Quieres cambiar, hacer algo más efectivo para llegar de manera más ética a los niños? ¿Y de qué manera?

En la certificación de familias las personas concluimos la importancia de responder en lugar de reaccionar cuando nos sentimos estresados por el comportamiento infantil.

¡Cambiar la forma de pensar sobre “el mal comportamiento” para cambiar la relación con nuestros hijos!

Verse parte del “mal comportamiento” infantil es el primer reto. Entender los problemas que nos enfrentan a los chicos como “solicitud de ayuda para aprender habilidades de conciencia emocional, autorregulación, comunicación efectiva…” es no solo imprescindible sino la única forma de mejorar las relaciones con la infancia para que sean alentadoras de crecimiento ¡un gimnasio emocional en cada hogar!

Realmente, pienso que no me equivoco al decir que es una formación transformadora porque es esperanza de un mundo mejor, no perfecto, sí con coraje para la imperfección.

Y a poco que nos atrevamos a emprender el desafío se alcanza un impacto de gran magnitud en la obra creativa que es el ser humano.

La certificación de primera infancia es una joya para todo educador comprometido con su misión. La conexión es el tema medular.

Aparentemente es un tema que casi todo el mundo da por hecho, la infancia está bien atendida y en muchos aspectos es cierto. Tomamos decisiones sin cesar para cuidar infancia. Y entre tantas decisiones podemos obviar que activar su hemisferio derecho, llegar al corazón, es reconocer y respetar su naturaleza, hablar el lenguaje de los sin voz.

Se aborda vinculación, mucho más que amor, se trata de supervivencia en la mente infantil ¡no hay nada más importante en los seis primeros años de vida que cuidar el pegamento que nos une a los niños y niñas!

Se están construyendo los cimientos, los circuitos cerebrales básicos sobre los que se soportará toda la arquitectura humana. No es lo mismo atender respetuosomente que atender mal o no hacerlo; no es lo mismo permitir expresión de emociones que taponarlas o intentar que los niños las oculten. No es igual que los pequeños sepan que poseen un adulto capaz de absorber la ansiedad infantil, masticarla y devolverla de manera que sea aceptable para un bebé que no tolerar sus tormentas emocionales y hacerles sentir mal por transitarlas.

Hay tantas investigaciones sobre los efectos del “mal trato” y del trato inadecuado que merece la pena parar, repensar la vida, lo que estamos decidiendo y haciendo para conectar con la infancia.

La certificación de primera infancia es revolucionaria, aparta de una vez por todas técnicas, metodologías, estrategias que a todas luces no sientan bien a los niños pequeños. El “ninguneo” es una de esas prácticas que deben ser desterradas. Abandonar a un niño a los efectos del cortisol por estrés es convocar y promover mentes hiperreactivas. Niños inseguros, niños que no pueden “separarse”, niños dependientes porque no se restituyó su seguridad. Niños que no pueden aprender bien porque no se sienten bien.

Los proyectos de escuelas y entornos infantiles en los que se priorizan objetivos académicos, que mantienen sentados a los pequeños de manera antinatura, que no se hacen eco de que lo que realmente necesita la primera infancia es saberse segura, atendida, querida, reconocida… deben desaparecer.

La autonomía infantil solo se gana atendiendo la ansiedad infantil.

Cuando el adulto es capaz de trasladar esta perspectiva con sus prácticas, ellos y ellas hacen lo que han venido determinados a hacer, explorar para poder SER.

Cuando no es así, la construcción humana, el desarrollo, puede que le sea poco útil al individuo.

Hay más, mucho más en esta formación sin par.

Hay revisión de los tiempos en primera infancia. Se nos invita a una mirada sosegada ¿cuánto esfuerzo dedicas a modelar e informar? ¿Cuánto a corregir y controlar? Los niños no usan herramientas inadecuadas porque así lo decidan, no tienen nada contra ti; lo hacen porque no poseen otras, los niños pequeños no ponen en práctica herramientas de autorregulación porque sus cerebros son inmaduros y precisan de “frenos externos”.  

El que puedan desarrollar habilidades de autocontrol pasa, obligatoriamente por encontrar en los primeros años de su vida, adultos presentes, disponibles y sintonizados con sus necesidades.

Niños urgidos en los resultados, sin maduración suficiente, sin posibilidades de éxito, aunque quisieran responder; sin espacio para el disfrute de los procesos. Pequeños y pequeñas a la deriva de las oleadas del ajetreo y presiones sin fin a las que sus adultos nos vemos o nos hemos sometido.

¿Podemos ver el comportamiento inapropiado como natural en este tramo de edad? ¿Podemos aprender habilidades para permitir a los niños ir construyendo habilidades socio emocionales a fuego lento?

¿Pueden niños y niñas sentir que el adulto que acompaña está de su lado, no en su contra?

¿Cuentan con entrenadores para vivir?

Esta formación no busca culpabilizar sino responsabilizar, hay mucha información actualmente sobre cómo se construye una mente infantil, cómo aprende… hacernos eco nos pone en la vía de ser esos adultos solidarios que precisan los bebés y niños pequeños.

  • ¿Y con la de aula? ¿ la de aula es  a partir de seis años?

La de primera infancia pone la base para que nuestros niños y niñas sean “vistos como seres que necesitan vinculación segura y cuidados que trasladen confianza y afecto”. Cuando nos relacionamos de este modo en infantil estamos favoreciendo cerebros con funcionamiento saludable que no tengan que estar enfocados en reforzar conductas inapropiadas de aproximación al adulto porque no encuentran la manera de conectar.

Primera infancia es el cimiento sólido para un programa, el de aula, que sigue abundando en habilidades fundamentales y esenciales en nuestras comunidades educativas. Las habilidades socio emocionales.

La formación para aula es el programa completo que abarca todas las etapas, especialmente a partir de seis años.

De nuevo la formación en Disciplina Positiva no nos deja indiferentes. “Tareas para casa” en formato revisión de creencias tras asistir a un taller de certificación en aula.

¿Qué estilo de docente estás siendo, cuál deseas ser?

¿Qué niños y niñas eres capaz de ver en tu aula?  ¿Tiene espacio la individualidad?

Queremos niños y niñas ¿obedientes, que se mantengan en silencio? ¿Queremos comportamientos socialmente útiles para el individuo y para la comunidad? ¿Qué atmósfera se respira en tu comunidad? ¿Hay pautas que supongan compartir objetivos, responsabilidades? ¿Existen recursos de conciencia emocional? ¿Se invierte tiempo en conocer y desarrollar habilidades ce comunicación efectiva?

Dejar pasar la vida no contribuye a la arquitectura humana, imponer sanciones, repartir premios, tampoco.

La Disciplina Positiva piensa que la manera de optimizar el comportamiento es asegurando la pertenencia de nuestros alumnos, no manipulando a través del control, y nos ofrece un programa completo para repensar la vida para mejorar las relaciones de convivencia.

Comunidades que priorizan el que los alumnos no sientan que la educación es algo que les sucede, sino que sientan que tienen un rol protagonista. Aulas en las que el hilo conductor sea el tejido desde el afecto y la confianza del docente en las posibilidades de cada uno de sus alumnos.

Docentes informados y formados para hacer posible el equilibrio en nuestro proceder, que no falte la conexión para poder aplicar la firmeza en educación. Mirando al horizonte educativo aprovechando las oportunidades que nos ofrece el presente en las relaciones con la infancia.

La Disciplina Positiva para el aula no es un programa para que los niños se porten bien, es intentar motivar a los adultos para que decidamos qué vamos a hacer para ganarnos a los alumnos y que quieran cooperar. Sin receptividad no hay escucha y sin escucha no hay aprendizaje.

Niños y niñas “tenidos en cuenta” no solo por sus logros académicos sino, y especialmente, porque sus sentimientos son reconocidos y se abordan en las estructuras cotidianas de la vida de escuela.

A partir de esta base, aula ofrece un programa hermoso y bien estructurado para la cocreación de recursos en todo el centro, con la alianza de las familias. Recursos que promueven relaciones y entornos en los que los alumnos pueden aprender sobre su estrés e ir desarrollando destrezas para modularlo, así como habilidades de comunicación que posibiliten la expresión de sus pensamientos de forma útil y no hiriente. Aulas funcionales y saludables, basadas en relaciones respetuosas y enfocadas en convivencias en las que los problemas se tratan como oportunidad de búsqueda de acuerdos y enfoque en soluciones.

¡Niños y niñas fuertes por dentro, con recursos para sentirse capaces y transformadores de su entorno!

  • ¿Para qué te habilita la certificación de primera infancia? ¡puedes trabajar con tus alumnos, tus compañeros y también con las familias?

Primera infancia te habilita para tomar conciencia de tu propio ser y de la proyección que tienes en y con los demás. A partir de ahí, de hacer esta formación parte de tu propia vida, es un valor que vas a poder aplicar en el hogar, en las escuelas… también abierta a escuelas de padres con las familias de tu centro, a pequeños talleres con tus compañeros.

  • ¿Facilitáis algún tipo de material complementario o bibliografía para esta etapa?

Sí, esta formación aporta el manual del educador, el libro “Disciplina Positiva para Preescolares”, un listado de referencias bibliográficas que dan soporte a la teoría y además otro listado (en mis formaciones) que es el resultado de muchos de años de profesión e interés por el cuidado de la infancia de tres personas, Raquel Carretero, Mariola Yerpes y yo misma.

  • Mójate, Marisa, ¿cuál es tu certificación favorita?

Mi certificación favorita es primera infancia, infancias cuidadas, infancias atendidas, queridas, respetadas… para que se pueda usar el lenguaje de amor y responsabilidad en cualquier ámbito, en todas las relaciones humanas.

Reconociendo que somos los padres y madres, maestros y maestras… los que podemos llevar a cabo el cuidado de la infancia acariciando el corazón y para ello es importante que aprendamos a educar desde el respeto mutuo.

Muchas gracias Bei, no solo por esta entrevista, también y siempre por el cariño y generosidad que me haces llegar con tus iniciativas, con tu labor, con tu SER.

Enlace a fechas de Certificaciones

Os adjunto también la conferencia que tuve el honor de cofacilitar con Rafa Guerrero de Darwin Psicólogos y Marisa.

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