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¡Muy buenas! Hoy en el blog entrevistamos a nuestra entrenadora, nuestra mentora, nuestra inspiración: Marisa Moya. Es alguien a quien queremos muchísimo en nuestra familia por todo lo que nos ha aportado a nosotros como educadores de Disciplina Positiva y lo que está aportando al mundo en el que van a crecer nuestras hijas. En su página podéis conocer todos los talleres y certificaciones internacionales que está ofreciendo. Las fotos del post son del Taller de Certificación internacional de Disciplina Positiva para el aula, así veis lo divertido que es un taller de DP, podéis ver las siguientes fechas en su web o su página de facebook: Talleres de Disciplina Positiva. La entrevista es larga y he incluido vídeos, así que os animo a tomaros un tiempo fuera positivo XD y leer con una taza de te todo lo que esta maravillosa y especial mujer tiene que aportarnos 🙂

¿Cómo llegaste a la enseñanza? ¿Por qué el periodo cero a tres años?

Pues creo que siempre he estado en ella, no fue de un día para otro. Cuando apenas tenía dos años me gustaba estar entre las mesas de los alumnos, mi abuelo era maestro. Y cuando llegó la hora de decidir qué me iba a calzar para recorrer el camino de la vida, no dudé mucho, los zapatos de la infancia me parecieron inigualables. Eso sí, primero me formé como maestra de la entonces EGB y luego me especialicé en Infantil. Siempre la he considerado la etapa más importante y más hermosa. Considero que en estos primeros años de la vida es cuando el proceso de dar y recibir es más puro, más intenso. También el más comprometido.

Magisterio no colmó del todo mis expectativas y seguí avanzando en el conocimiento de la naturaleza humana, años después me licencié como psicóloga, una visión que me ha ayudado mucho y que cada día se ha visto incluida en mi trayectoria profesional junto a los niños.

Hoy tengo claro que la decisión fue una de las más acertadas que he tomado en la vida. La interacción con los niños y niñas de la etapa de Infantil moldea tu alma, la manera en la que ves el mundo. Les debo generosidad, ternura y alegría.

¿Y cómo llegaste a la Disciplina Positiva?

Pues va a parecer que no me he movido en pos de metas pero coincide con el apartado anterior. No la busqué, salió a mi encuentro. Hace años había iniciado un profundo proceso de cambio en mi escuela. Lo que se hacía ya no lo sentía como lo mejor para la infancia y cuando tomas conciencia de que la conexión es algo más que estar juntos, repitiendo prácticas que aportan poco, no queda otra que volverse del revés y revisar y pensar y querer experimentar el desafío de seguir creciendo como profesional. En estas me andaba con Escuela enREDada (así se llama nuestro proyecto), aprendiendo a sentir, pensar y actuar de manera respetuosa y democrática cuando recibí una invitación de allende los mares “¿Quieres ser la anfitriona de la introducción de Disciplina Positiva en España?” Una invitación cuando menos asombrosa. Leí, me empapé y dije sí. Uno de los síes más importantes de mi vida.

Siempre dices en tus cursos que tu primera formación en Disciplina Positiva fue el mejor curso de tu vida, ¿por qué?

Sí, me enamoré de la metodología. Llevaba muchos años con mi pico y pala, esforzándome por encontrar un marco sistematizado a lo que yo sentía deber ser un cuidado adecuado de la infancia, un acompañamiento que fuera tal. Libre de tanto resabio y plantilla estéril como hay en educación. Y en aquel taller, en la primera formación, me di de bruces con mi anhelo. Estaba, tenía forma, existía. Te puedes imaginar la locura de mi corazón, daba saltos. La conciencia era muy ilusionante. También sentí la gran responsabilidad que sería comprometerme. Trabajo interacciones tempranas y soy consciente de las consecuencias duraderas de mi trabajo. Era un desafío hermoso, pero sin olvidar que no dejaba de ser un reto un tanto arriesgado, hasta con ciertos obstáculos, cambiar actitudes para forjar nuevas estrategias en educación.

La decisión de abrazar la Disciplina Positiva fue una elección que venía de la necesidad imperiosa de saberes nuevos que nos acercaran a los niños y que contó con toda la energía, ilusión y empeño que soy capaz de dar.

Escucharte hablar de neurociencia es increíblemente inspirador, ¿qué crees que puede aportar el estudio del cerebro a la educación?

Lo que es realmente importante, para mí, de la Neuropsicoeducación es que aporta luz y comprensión, las dos juntas nos permiten adecuación en las relaciones con nosotros mismos como personas y como educadores, con los niños. Si no sabes qué te mueve a actuar como lo haces, es difícil que puedas trabajar sobre tus actuaciones. El comportamiento humano tiene un gran componente de impulsos que disfrazamos racionalmente. Cuando te das cuenta de que esta fuerza instintiva no favorece la empatía, ni el autocontrol, ni la conexión con los demás, merece la pena hacer el esfuerzo de saber, aprender más para tener el mejor de los impactos en los niños. Hemos pasado la travesía de un desarrollo cerebral a espaldas de las emociones, que son el motor de nuestras conductas. La enseñanza no estaba preparada y los déficits se hacen evidentes.

El autoconocimiento nos ayuda a desarrollar habilidades de autocontrol y a aprovecharse de la mejor versión de nosotros mismos. La Neuropsicoeducación es de vital importancia, todo progenitor, docente, educador, debemos tener unos conocimientos mínimos.

 

¿Qué impacto ha tenido la Disciplina Positiva en tu día a día con los niños de Escuela Infantil Gran Vía? ¿Y con tu familia?

La Disciplina Positiva es mucho más que la magia. Algunas personas al acercarse a la metodología esperan cambios radicales y urgentes, esto sería la magia. Pero es mucho más, la Disciplina Positiva cuenta con tu amor, con tu esfuerzo, con el reconocimiento de limitaciones, con la fuerza de tus deseos. Cuenta contigo. La Disciplina Positiva nos devuelve la esperanza de un mundo mejor no a través de lo azaroso sino de las fortalezas que están dentro de nosotros.

Cuando inicias el proceso esperas efectos deslumbrantes ¡es tanta la necesidad que tenemos de cambio!, luego, sosegadamente, en tu vida personal, en tu familia, con tus alumnos, se va mostrando la fuerza imparable de aquella decisión que tomaste, porque descubres que poco a poco, moldea tus sentimientos y les pone el sello del aliento y la confianza en los procesos humanos. Esto no quiere decir que sea un camino sencillo. En nuestras neuronas hay mucho peso de prácticas automáticas que no nos benefician, ni benefician a los que nos rodean. Salvar el escollo de aprender nuevas destrezas implica coraje, mucha, mucha práctica.

Por eso en la escuela es el ámbito donde es más fácil, los niños pequeños son terreno fértil y todo lo que les haga sentir que son comprendidos, acompañados, es bienestar y no tardan en hacerlo suyo.

La Disciplina Positiva llegó a mi escuela a asentar algo que ya habíamos emprendido. No estábamos enfocados en buscar estrategias de cualquier manera, nos importaban el tronco y la raíz de las relaciones. La actitud. Somos una comunidad e intentamos cada día trabajarnos los adultos para dar esa consistencia de árbol a las relaciones con los pequeños.

La Disciplina Positiva en la escuela vino a alimentar el amor, fuerza generativa donde las haya.

En mi hogar andamos con el pico y pala. Mis hijos son ya muy mayores, unos días estamos en el destino de la educación, otros nos sirven para aprender de los errores.

En cualquier caso, es un regalo de vida y esperanza en un mundo mejor.

¿Y cómo ha influido en tu autoconocimiento y autopercepción? ¿Hay una Marisa pre Disciplina Positiva y post Disciplina Positiva?

He cambiado mucho Bei, las gafas de la Disciplina Positiva empiezan por uno mismo. Te descubres y te asombras, también te asaltan temores, inseguridades. No es sencillo actuar estrenando habilidades de vida, el debut, cuando eres adulto, es complejo. Creo que también es la gran influencia de esta filosofía, la comprensión humana hasta tal punto que nos hace compasivos a la par que alentadores. Escuchar de verdad, tomar las riendas del autocontrol, mantener la calma, no invadir el espacio emocional de los niños con estrategias irrespetuosas… son tan necesarios como difíciles, pero hay que intentarlo porque ellas son las que desencadenan lo constructivo del ser humano. Estoy aprendiendo Bei, sigo mi proceso de cambio ¡Trabajando los déficits desde las fortalezas!

En la etapa de tus niños (cero a tres años) en la que son pura emoción, ¿cómo de grande es la importancia del bienestar emocional de los adultos que los acompañan?

Es tan importante que se puede asegurar que su auto organización interna depende enteramente de la organización mental del adulto cuidador. Los niños necesitan armonía y bienestar para poder ir logrando, en cada etapa, conexiones de toda índole que le conducirán a saberse una persona única e irrepetible. Cuando el adulto se hace presente y sintoniza emocionalmente con el niño, acompañando sus procesos con confianza y afecto los niños logran a través de la conexión su meta, ir progresivamente separándose como ser humano integral.

La infancia es el lenguaje de las emociones es imprescindible que aprendamos a comunicar a través de él.

¿Cómo practica Marisa Moya su autocuidado?

Este año regular, de momento hay pocos entrenadores de Disciplina Positiva y compagino mi trabajo en la escuela con las certificaciones, talleres y vida personal. No hay que decir mucho más, es evidente que me falta tiempo y esto entraña algunas dificultades. Afortunadamente mi jarra de energía tampoco requiere de actividades raras o muy singulares, me sienta bien conversar con las personas, me gusta ver a mis niños que me devuelven la paz interior cuando me falla; adoro pasear y sentir el aire y el sol y esto que estoy haciendo ahora mismo porque me has invitado a hacerlo, escribir, me centra, me da bienestar. Aun así, es asignatura pendiente, encontraré la clave, seguro.

En esta nueva etapa que has iniciado como formadora de educadores en Disciplina Positiva (Talleres de Disciplina Positiva enlazar facebook), ¿qué sientes cuando empiezas y terminas un taller? ¿Qué se siente al certificar a un claustro al completo?

Compromiso, responsabilidad, emoción, ilusión, pasión, es un cóctel que me invade y me transforma. Siento que en cada una de estas personas que se acercan a la metodología hay mucho que admirar por su iniciativa por saber más y durante un breve espacio de tiempo, dos días, se logra una conexión única. Hay nexos entre desconocidos que son muy poderosos, personas que nunca se han visto antes, reímos, gozamos, lloramos y nos vinculamos de una manera muy hermosa ¡tenemos ganas, queremos llegar a los niños con estrategias más humanizadas! Eso nos mueve y nos invita a aprender herramientas valiosas para nuestra vida y el trabajo.

Si además es un claustro, como ha sido la experiencia del colegio Joyfe que ha formado a todos los docentes de Infantil, pienso que estos profesionales tienen mucho más fácil hacer realidad la metodología porque no se van a sentir solos, La Disciplina Positiva entraña mucha disrupción y cuando la emprende un solo docente en un centro es fácil que la travesía sea dura. Cuando se hace en equipo se cuenta con apoyo, con comprensión, con el aliento de la comunidad. Cuando tengo la oportunidad de formar a un equipo docente siento y pienso que la esperanza de mejora de la escuela, esa mejora que suponga una mejora humana, está más cerca.

Para terminar, qué recomiendas a los docentes y también padres/madres que se plantean certificarse como educadores, ¿aula o familias?

Pues hasta hace poco recomendaba primero el de familias, sin embargo, en Canarias, que se han certificado todos los educadores de escuela Pizquito, el proceso ha sido a la inversa y me expresaron que haber comenzado por el de aula ha permitido que el de familias fuera la oportunidad de centrar e integrar los contenidos, de clarificar principios y de ver la complementariedad de las estrategias.

Muchas gracias por tu tiempo y generosidad Marisa <3

Tan solo agradeceros la oportunidad de esta entrevista, me lo he pasado bien echando mano de tantos recuerdos y afianzando tantas esperanzas; también quiero expresar que me siento muy dichosa por contar con vuestro aprecio y disfrutar del cariño que sois capaces de transmitir tanto en vuestra labor en la red como en ese gran equipo que tenéis en familia ¡Gracias Bei! Un beso, digo, mil besos!!

Espero que os haya gustado la entrevista, hayáis conocido un poco más a Marisa y como son sus talleres de Disciplina Positiva, que son, sobre todo, divertidos 🙂

¡Muy, muy felices vacaciones de Semana Santa!

 

 

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