La espiral de Adviento
¿Te gustaría crear una Espiral de Adviento (de pasta de sal) en familia?
En casa, el Adviento es una época que nos gusta mucho. Como suele ser temporada de mucho movimiento fuera, con espectáculos de actividades extraescolares, obras de Navidad y eventos a nuestro alrededor, cuando tenemos tiempo libre, tendemos a disfrutar mucho hacer actividades caseritas. Una de nuestras favoritas es realizar la espiral de Adviento con pasta de sal. Hubo un año que hasta le pusieron «diamantes».
Esta actividad, además de ser disfrutona, da mucho juego para el aprendizaje, porque con ella se trabajan, desde el punto de vista Montessoriano, varias áreas al mismo tiempo:
Sensorial, amasando, coloreando, e incluso, si quieren, añadiendo aceite esencial para dar olor.
Matemáticas, porque para las más pequeñas, solo hacer la masa les habla sobre medidas, pesos, etc; y geometría, espirales logarítmicas vs espirales de Adviento.
Ciencias, aprender física y química a través de la cocina es de las cosas más divertidas que hay y hablar de los cuatro reinos del Adviento es biología en estado puro.
Y evidentemente, historia, cultura, arte… Las tradiciones son un foco de alegría y aprendizaje a partes iguales.
Y por supuesto, mi favorita, vida práctica. Cuando sus manos crean, hacen aún nuestra casa más CASA.
¿Qué representa la espiral de Adviento?
El Adviento, para la tradición cristiana, es el tiempo de espera para la llegada de Jesús, la noche del 24 de Diciembre, y se celebra durante los cuatro domingos previos a Nochebuena. Igual que la corona cristiana de Adviento, que se creó para contar el tiempo que quedaba para la llegada de Jesús, la espiral del Adviento nos ayuda a contar el tiempo que queda hasta que llegue el Solsticio de Invierno, y también tiene también espacio para las cuatro velas, una para cada domingo, En las escuelas Waldorf, y también en algunas celebraciones paganas, esta espiral nos ayuda también a recorrer los cuatro reinos del Adviento, encendiendo las cuatro velas que nos ofrecen la luz de cada uno de estos reinos:
La primera semana, encendemos la luz de los minerales.
La segunda, la luz de las plantas, del reino vegetal.
La tercera luz del adviento, nos trae la luz de los animales.
Y la cuarta luz, la última, la de las mujeres y los hombres que habitan, habitaron y habitarán la Tierra. La luz de la humanidad y la esperanza.
La receta de la pasta de sal
Para crear la espiral de adviento (con pasta de sal) usamos nuestra receta, la que usamos nosotras, la compartimos en el libro de actividades de Montessorizate y lleva harina, sal y agua caliente. La proporción que usamos es, más o menos, 2 tazas de harina por media de sal, y añadimos algo menos de una taza (siempre vamos poco a poco con el agua, para que la textura sea moldeable pero no pegajosa). De todas maneras, podéis ver proporciones diferentes si buscáis en internet, así que probablemente dependa de la harina y de la sal que uses.
Con esta misma pasta, hubo un año que hicimos los adornos del árbol, los regalos para las profes, etc. Te lo enseñamos aquí.
¿Y cómo se hace la espiral?
Pues esto no te lo vamos a contar, te vamos a dejar un videito para que veáis el proceso, con su perfecta imperfección. Y no te lo muestro por posturear, sino para poder contarte las cosas maravillosas que suceden cuando puedes dejar que suceda, observando y confiando:
Algunas de las maravillas que sucedieron:
Cómo llegaron al acuerdo de hacer una espiral que incluyera los 24 días, pero también los domingos, pero también Nochevieja y algo especial para el solsticio.
Y luego fueron a la estantería a por nuestro Libro de actividades para buscar la receta.
Cómo se organizaron para pillar todos los ingredientes.
Y cómo luego dejaron de seguir la receta cuando se dieron cuenta de que necesitaban más agua.
Cómo buscaron una explicación científica (¿harina integral?)
Y también cómo hicieron la espiral y les costó tres intentos
Como tuvieron que hacer más masa para dar soporte a una parte que había quedado flojita.
Cómo decidieron que era un buen momento para inventar el engrudo de belleza facial.
También, por supuesto, cómo quedó la cocina, el baño y la escalera… XD
Cómo pensaron la temperatura justa del horno.
Cómo pintaron y se pusieron de acuerdo para que todas tuvieran su parte.
Y cómo se hicieron preguntas, ¿qué colores se mezclaban para conseguir morado?
Como no me hicieron ni caso cuando les dije que podíamos poner piñitas: “pero si tenemos diamantes”
Mientras lo hacían, su memoria corporal grababa: “La vida es un camino y la salida está hacia dentro”
Y qué privilegio es ir hacía dentro de su mano.