Lo mejor de hacer fotos de un viaje es que el editarlas y organizarlas es como volver allí. Yo hoy he vuelto al paraíso con la ola de frío polar que tenemos en Madrid y es puro placer. Ya os conté en la primera entrega que teníamos el campamento base en Isleta del Moro, así que el segundo día decidimos ir a Las Negras, el pueblo donde íbamos a alojarnos en un principio a verlo. Cuando estábamos allí preguntamos como se iba a la Cala de San Pedro para ir otro día, pero como siempre llevamos agua y comida, decidimos cambiar los planes, ponernos a las peques en las mochilas y caminar. El día era precioso, temperatura perfecta para una caminata de una hora y el día despejado.
El principio del camino es en pendiente pero sencillo, y se divisa desde lo alto todo el pueblo de las Negras.
Aquí me sentía super hembra, 50 kilos de Madre flojucha con 10 kilos de hija XD
Después de ir un rato por el interior empezamos a ver la playa, estábamos emocionados
El agua era cristilina y de mi color favorito, turquesa 🙂 Eso me animo a terminar el camino, la pendiente empinada, llevar a la niña encima y mi vértigo no eran una buena combinacion 😀
En la Cala de San Pedro quedan restos de una fortaleza en ruinas
Y los «hippies» que allí viven han puesto una parabólica, me llamó poderosamente la atención el contraste 😛 Según íbamos bajando a la playa nos íbamos encontrando con ellos, fueron super amables y simpáticos con las peques, en cierto modo envidio un poco su estilo de vida (sólo un poquito jeje)
Hay una fuente de agua dulce, lo que posibilita que allí pueda vivir la gente
Playa de postal 🙂
Abril aún estaba muy flojita, así que al principio se metió con mucha cautela
Luego se descalzó y empezó a explorar la playa, no quitaba ojo a los que se estaban bañando desnudos, yo creo que intentaba decidir si era prudente cuando hace dos días estaba ingresada por bronquitis 😛
Al final se llevo a Emma al agua, las locuras compartidas con hermanas son mejores 😛
Hicimos un pequeño picnic al sol, me encanta el mar y el sol, así que estaba en la gloría 🙂
Y pudimos charlar mientras las niñas jugaban, como echamos de menos hablar de temas que no sean niñas-compra-casa-gestiones jejeje hablar por hablar, pura delicia 🙂
Y así pasamos la tarde, tranquila, al sol, con los juegos y risas de las pequeñas. Nos despedimos de un año que nos ha dado mucho, pero también nos ha puesto al límite de la cordura.
Y nos despedimos también de este paraíso hasta otro año 🙂
Volvimos a la hora del atardecer, con lo que la luz sobre las Negras era mágica. Intentamos merendar en algún sitio, pero todos estaban cerrando ya al ser Nochevieja. Así que fuimos a casa a darle a las peques sus regalos (disfraces de Frozen) y pasar la noche sencilla, tranquila y familiar con la que soñábamos 🙂
La foto está desenfocada pero resume muy bien el espíritu de la noche 🙂
La semana que viene sigo, ¡feliz martes!
Geniales y preciosísimas las playas y el entorno natural de Cabo de Gata!! Qué te voy a decir yo de mi tierra!!
Yo, que he hecho ese camino sin ninios, me quito el sombrero! A sus pies!