Hoy quiero compartir algo que publiqué hace unos días en IG, como sabrás estoy haciendo un reto gratuito para cambiar nuestra mirada hacia el conflicto y uno de los pilares es entender como funciona el cerebro 🙂
Cuando viajas en avión con peques te explican que si hay que utilizar la mascarilla, primero debes ponértela tú y después a ellos porque si te desmayas, no puedes atenderles.
Y cuando nos sentimos estresadas/os, y sentimos que no podemos conciliar nuestras necesidades como madre, mujer y trabajadora, cuando una y otra vez nos frustramos porque no llegamos a todo, nuestro cerebro se pone en modo de alerta permanente. Percibe una amenaza constante, el cerebro primitivo toma el control de nuestras decisiones y, sin querer, acabamos haciendo daño a quienes en realidad queremos proteger.
Cuidarse para cuidar no es egoísta. Quizá hemos crecido con esa idea, pero en realidad es un acto de generosidad que nos permite dar a las personas importantes de nuestra vida nuestra mejor versión. Es más, pienso que la frase «cuidarse para cuidar» no es del todo cierta, cuídate porque tú lo vales sería más acertado, pero muchas personas no van a escuchar esto 🙂
Así que creo que ese autocuidado no puede ser un cuadrito más a tachar en nuestra lista de tareas (y además quedarse abajo porque nuestra lista es interminable). Significa revisar la lista y desechar esas tareas que, en realidad, no son ni tan importantes ni tan urgentes, y añadir una casilla en la que la prioridad seas TÚ.
Autocuidado puede ser pasar un tiempo a solas contigo misma, o un tiempo compartido en familia, una peli en el sofá o jugar con tus hij@s (y ya de paso, con tu niñ@ interior). Puede ser dejar a los peques con alguien para salir a tomar un café o aprender a cocinar para disfrutar todos juntos de nuevos sabores. O contratar un servicio de limpieza para pasar más tiempo con los peques, o hacer un picnic con tus hij@s (aunque sea en mitad del salón)…. Y sobre todo significa cuidar tu diálogo interno, cómo me trato, me hablo, me hago ho’oponopono en definitiva.
Para cada madre o cada padre es distinto, cada una/uno decidimos en cada momento qué necesitamos para estar bien y está bien ajustar ese autocuidado a nuestras necesidades y a nuestras expectativas. 2 recursos: mi podcast «los 5 niveles de cuidado» y el reto de conflictos (en la bio).
¿Te sirve?¿Cómo te cuidas?¿Para qué no te cuidas?
Te v/leo
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Me encanta este post. Y me gusta mucho la parte de cuidarme porque yo lo valgo. Olé ahí. Me autocuido, conscientemente, desde hace muy poco, acabo de empezar. Pero a la par de ese comienzo he sido consciente también de la carga emocional que supone cuidarse para cuidar. ¡¡Si necesitamos autocuidado es porque estamos continuamente cuidando!! Es la misma acción pero desde otro punto de vista, y me gusta más porque me pone en el centro de mi amor. Lo que tú dices muy a menudo, amor a la persona más importante de mi vida, yo. ¿Lo dices, verdad? Jajaja. Y ese autocuidado me permite ser/estar mejor para mi hijo. E incluso estoy encontrando la bellísima línea de autocuidado con las personas que amo. A ratos, otros son pa mí sola. Je. Gracias por este post. Besos.
Muy interesante, para querer a los demás hay que quererse uno mismo y reflexionar siempre nos viene bien!
Ana