El día que decides empezar a educar sin premios ni castigos es algo así como: «Vale, ya no uso premios ni castigos 💪. Y ahora, ¿qué? ¿Por dónde empiezo? 😵»
Para mí, hay un paso esencial cuando queremos educar de forma respetuosa, y es la información.
Necesitamos conocer, reflexionar y descubrir por qué l@s peques hacen lo que hacen. O mejor dicho, por qué las personas hacen lo que hacen ❤️.
La realidad es que, todos los comportamientos de nuestros peques, están enfocados a ser parte, a ser visto, a sentirme incluído 🤗.
Hay una necesidad muy grande, ya no solo de pertenecer, sino de conectar, de vincularse con el entorno y, así, poder adaptarse.
La diferencia es que, cuando lo ves como una forma de pedir ayuda, puedes enfocarte en buscar soluciones que mantengan el equilibrio, podemos buscar qué hacer para entenderme a mí, a la vez que te entiendo a ti. Y desde ese lugar de comprensión mutua, podemos buscar una solución que nos satisfaga a ambos 😊🤗
Entonces, ¿qué hacemos cuando, por ejemplo, estamos hablando con alguien y los peques nos interrumpen constantemente? ¿O cuando es hora de dormir, porque a la mañana siguiente hay cole, y no quieren, aunque tú ves que están rendid@s de sueño?
Podemos hacernos 2 preguntas:
💖 ¿Qué me está pidiendo ahí? Muchas personas dirán que intenta llamar mi atención, que es maleducado… y, en el fondo, puede que lo que me esté pidiendo sea presencia. Si queremos buscar soluciones que mantengan el equilibrio, hay que preguntarse cuál es la necesidad que hay de fondo en ese momento. Y cuando tengamos una respuesta, llega la segunda pregunta:
💝 ¿Qué puedo hacer yo? Y aquí, tendremos que elegir qué decisión tomar, darle presencia en este momento o tener una conversación previa -con las ventajas y los inconvenientes respecto a su necesidad y la mía- y ver cómo encontramos el equilibrio.
Cambiar tantos años de condicionamiento para ir en otra dirección, no va ser rápido, ni fácil, y si será una de las mejores inversiones en tiempo y esfuerzo de tu vida ❤️
Y, a la vez, criar de forma respetuosa y consciente va mucho más allá de eliminar premios y castigos.
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LOS CASTIGOS
¿Y si no le puedo castigar entonces qué hago?
Pasar del poder a la cooperación, de la verticalidad a la horizontalidad es un proceso que lleva tiempo. Si las consecuencias lógicas son tu muleta para caminar por el proceso de cambio, está bien. Y después, abrázala, dale las gracias y dejala ir en plan Kon Marie ( #konmarideconsecuenciaslogicas podría ser un buen hashtag de ig 😜)
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LOS PREMIOS
La de veces que hemos oído esta frase desde que éramos pequeñ@s… 😱A veces, cuando descubrimos que se puede criar de otra manera, dejamos de lado los castigos, pero seguimos usando premios para conseguir que las criaturas hagan lo que queremos (lo que se supone que hay que hacer), sin ser conscientes -porque nadie nos lo ha enseñado- de que son, en el fondo, dos caras de una misma moneda.Pero los premios, en realidad, no enseñan por qué debemos hacer lo que nos están pidiendo (en ocasiones, ni siquiera tendríamos por qué hacer exactamente eso 😅, por ejemplo con el brócoli).Lo que las criaturas perciben cuando utilizamos los premios es que, si hago lo que mamá o papá quieren, se ponen muy contentos, me sonríen, me miran de otra manera y, además, me dan algo que me encanta. Pero cuando no lo hago… a lo mejor no me castigan, pero tampoco me miran igual, ni están igual de contentos… 😩
Cuando estamos aplicando premios (que no tiene nada que ver con celebrar), estamos condicionando la pertenencia del peque a algo que, a nosotros, nos gusta o no nos gusta. Si hacen lo que les hemos pedido, son merecedores; de nuestra alegría, de nuestro reconocimiento. Pero si no lo hacen, no.
Y al final, los premios (y las alabanzas), se pueden convertir en etiquetas que nos dicen dónde podemos situarnos y dónde no. Interpretan que solo son queridos y aceptados «cuando se portan bien», «cuando son buenos», «cuando hacen cosas bonitas».
Imagínate esto en tu trabajo: Llega tu jefe y te dice «si haces todo bien, sin equivocarte ninguna vez durante todo el trimestre, puedes entrar al piscolabis de Navidad» 🤪. Si no cometes ningún error, podrás compartir un rato con tus compañer@s, formar parte del grupo… pero, si no, igual no te echan, pero te vas a tener que quedar sol@ mientras el resto disfruta.
En el fondo, el premio o refuerzo, la alabanza, lo que está consiguiendo sin que nosotros queramos que sea así, es anular a ese niño o a esa niña.
Pero podemos ir tomando consciencia de las situaciones en las que premiamos o alabamos e ir sustituyéndolas, poco a poco, por dar aliento y reconocer el esfuerzo y el valor ❤️🤗(te he dejado aquí algunos ejemplos que te pueden ayudar).
¿Qué formas de alentar añadiríais vosotr@s?
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¡Qué maravilla todo lo que has dicho y cómo lo has dicho!. Explicas de manera tan clara lo que quiero transmitir siempre a la familia cuando no entienden mi forma de maternar… Muchas gracias por los ejemplos, porque aún estoy en el camino y ayudan muchísimo.
«La vida nos iría más bonita (y nos despreocuparíamos de castigos) si nos diéramos cuenta de que l@s niñ@s están invitados en nuestras vidas durante un periodo muy cortito de tiempo.» ❤❤❤
Está muy bien, educar desde el respeto y hablarlo todo suele ser la mejor solución. El único pero que vemos en estos tiempos que corren es el estrés, muchos padres y madres no pierden tiempo en hablar de los problemas o angustias de los peques