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He cambiado un poco la programación del blog para responder a una pregunta que me hacéis sin parar estos últimos días. ¿Cómo se mantienen las tradiciones navideñas siendo coherentes con el espíritu Montessori?. Bien, es imposible ser coherente en un sentido estricto, o no, pues lo podemos  justificar con la máxima montessoriana “sigue al niño”. No está de más decir que Montessori es un método ideado para las escuelas, en las que los niños pasan unas horas al día. No todo es extrapolable al hogar, en el que además de los principios del Método, influye nuestro modelo de crianza y las dinámicas familiares que tengamos. Allá voy con mi forma de ver la situación:

Lo primero que quiero tratar es la fantasía. En Montessori no se promueve la fantasía, por lo tanto explicarles la mentira de los Reyes Magos no sería coherente. Pero, insisto, es una cuestión de crianza, no de educación y cada familia debe hacer lo que considere. Si queréis introducirlo, hacedlo. Si quereís información sobre la distinción entre fantasía (externa) e imaginación (intrínseca) y porque en Montessori no se fomenta la primera y si la segunda podéis pinchar aquí.
Lo segundo sobre mentir a los niños. Podemos disfrazarlo de magia e ilusión, pero no podemos olvidar que la tradición de los Reyes Magos y Papa Noel no deja de ser una mentira. Hay padres que se sienten cómodos diciendo mentiras, sobre todo si se disfrazan de ilusión o que incluso no lo consideran una mentira como tal. No es mi caso, alguna vez he mentido y no me ha gustado nada la sensación (aunque lo haya hecho evaluando pros y contras y no me arrepienta). Personalmente me enteré de la gran mentira cuando era muy pequeña y me ha costado mucho reconciliarme con la Navidad, así que desde siempre he sabido que no participaría en ello de una forma muy activa. Es mi sentir personal, no espero que nadie lo entienda ni lo comparta. Pero vivimos en sociedad y mis hijas están expuestas al ambiente y la idea mola entre muchísimo e infinito, así que lo respeto. Jamás le he dicho que van a venir los Reyes o Papá Noel, pero si hago otra seríe de cosas, intentando buscar el equilibrio entre mis creencias y limitaciones y la realidad en la que vivimos:
         Mantengo la magía de los regalos. No voy a ir a comprarlos con ella porque quiero mantener el efecto sorpresa (igual que para su cumpleaños de las niñas o el de los adultos) y también mantengo las fechas porque me parece importante crear tradiciones de acuerdo a la cultura del país en el que vivimos.
         Le explico que recibimos regalos Navidad (no de Reyes o Papá Noel) gracias a la paga extra (una vez nos quitaron a Macho Alfa y a mí las pagas extra y fueron unas navidades igual de felices, pero más austeras). A lo que ella me contesta “No, mami. Tenemos regalos porque los trae Papá Noel y los Reyes”. La escucho con los ojos muy abiertos y la boca muy cerrada.. Muy muy muy cerrada.
         Siguiendo la idea que propuso mi amiga Ruth de Otanana, hemos hecho una versión libre y creado una tradición por la que cada día del adviento están recibiendo un regalito debajo del árbol (cositas pequeñas pero que las hacen muy felices). Abril me preguntó quien ponía los regalos, le dije que sería papi antes de irse al cole y me dijo muy convencida. “No mami, es Papa Noel”. Boca muy cerrada.
         Las últimas Nochebuenas las hemos celebrado con primos mayores que aún creen en la Navidad (y es precioso, yo lo supe con 5 años) y en un momento de la noche venía algún familiar disfrazado de Papa Noel a darles regalos. Felicidad absoluta compartida con los primos, recuerdos para siempre. Y mamá boca cerrada.
         La carta. Como todo el mundo le decía a Abril que tenía que escribir una carta a los Reyes y yo no me ponía manos a la obra, tomó una actitud preactiva y decidió hacerlo ella. Fue una carta de agradecimiento, no una lista de regalos. Así son los niños, puros, sabios y agradecidos. La boca de mamá estaba muy callada, esta vez por la emoción contenida.
         Creamos juntos nuevas tradiciones, como la del regalo del árbol, el calendario de adviento de actividades, el calendario inverso de acciones bondadosas causales… La tradición de recibir un libro navideño cada Nochebuena, hacemos sesiones de fotos, galletas, y me he cogido vacaciones para disfrutar juntas el Adviento. Y en cuanto podamos haremos regalos caseros para dejarlos en el árbol en Nochebuena. En VillaTigris hay magia, mucha magia, dudo que hubiera más magia, sólo por contar una mentira con la que yo no me siento cómoda.
Alternativas o disfraces de la mentira muy lindos son éstos que circulan por facebook, en este blog los han recopilado Y una amiga me contó que su canguro le dijo, cuando le confesó llorando que los Reyes eran los padres, que “No hombre, eso son los niños que han dejado de creer en los Reyes, que los padres les tienen que hacer el apaño para que no se queden sin regalos. Si sigues creyendo seguirán viniendo a tu casa” y alargo un par de años más la
magía navideña.  Es bonito, ¿verdad? Hay que escuchar siempre a los niños y acompañarlos en sus procesos. Siempre digo que creemos y escuchamos lo que necesitamos creer y escuchar. Y éste artículo de ShikobaKids sobre mentir o no a los niños me encanta también.
Lo tercero es el chantaje. Lo podemos llamar de mil maneras, pero es un chantaje “si no te portas bien, no tendrás regalos”. No es el momento de hacer una crítica al conductismo, así que me limito a expresar mi opinión, yo no aplico este tipo de técnicas en la crianza porque creo que perjudica a los pequeños y además intento no hacer nada con ellas que no me gustaría que hicieran conmigo. Me parece de una crueldad insoportable, traicionar el espíritu navideño con chantajes de este tipo. Y sinceramente creo que es el motivo por el que muchos niños se llevan un chasco tan grande cuando se enteran de la realidad y están deseosos de compartirlo con otros niños, con catastróficos resultados. Conozco además el caso de una madre que me contaba ¡asombrada! que le habían dejado carbón a su hijo en vez de regalos y encima no había modificado en nada su  “mal” comportamiento. Os dejo con este artículo de Maternidad Continuum que expresa exactamente mi sentir.
Y finalmente sobre la religión. Alguna vez me han acusado de ser superficial por celebrar la navidad no siendo creyente. Bien, os diré que es justamente al contrario. Respeto tanto a la religión y creo que tiene unas tradiciones tan bonitas, que por eso quiero introducirlas en la crianza de mis hijas. Y además tenemos la suerte de tener días de fiesta, sin contar con el hecho de que el resto de la familia si tiene unas creencias y me gusta acompañarles. Es una época preciosa de la que me quedo con los buenos sentimientos, que no son exclusivos sólo de las personas creyentes, sino de toda la humanidad.
Por último os adjunto nuestra recopilación de juguetes para los peques, por si necesitáis inspiración. Un consejo para no excedernos es «Algo que necesiten, algo que quieran, algo para vestirse y algo para leer». Haciendo un poco de autocrítica, tengo que decir que siempre nos excedemos y cuando veo los juguetes colocaditos, siempre guardo unos cuantos para su cumpleaños 🙂
Sed muy felices este fin de semana y toodas las vacaciones de los peques 🙂

¡Espera un momentito!

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