Hoy me agenda decía que empezaban mis prácticas. He tenido tiempo para hacerme a la idea, así que me lo esperaaa… y verlo en la agenda me ha dado un pellizquito en el corazón.
Toda mi ilusión puesta en estas semanas, todo el apoyo de MA, toda la logística que habíamos gestionado, todo lo que ha supuesto a nivel económico y supondrá, para nada, toda la incertidumbre de cuando (o mejor dicho si) las podré realizar.
La incertidumbre es algo que me cuesta, me hace sentirme insegura y me conecta con lo que aún estoy dando sentido. Me hace sentirme pequeñita y sin esperanza. La maternidad me hizo trabajarme mucho esa parte, esa necesidad de estar en el aquí y en el ahora, y el COVID lo ha terminado de encajar.
No puedo decir que me guste, no me gusta, y todavía confiar en un virus lo tolero, pero confesar en la buena fe de los demás, me cuesta infinito. Me cuesta porque hay muchas posibilidades de repetir el comportamiento y no de enfocarse en soluciones.
Así que después de lo que pasó el domingo y leer tantos comentarios terribles, me falta un poco de fe en la humanidad. Pero me voy a quedar con el resto de la población que SI han seguido las normas.
Me quedo con los niños y las niñas que nos están dando una lección.
Me quedo con las palabras de la Dra. Montessori que decía que no es necesario un buen ejemplo de conducta, que solo necesitan un ambiente adecuado. Y surgirá la moralidad.
No podemos incidir en la ciudadanía (podemos tener una necesidad falsa de control mediante multas, si), y si podemos incidir en la parte de la población que más nos necesita y a la que más hemos fallado.
Vamos a darles pertenencia, vamos a pensar en el después, no pensando en construir edificios para revitalizar la economía, vamos a construir parques, jardines, zonas que satisfagan las necesidades de exploración de los niñ@s, que puedan salir solos y jugar solos. Ojalá supiéramos invertir el dinero en eso y no en «pan para hoy y hambre para mañana» como decía mi abuelo.
Vamos a invertir en pan para hacernos torrijas 🥖.
Y vamos a enfocarnos en lo que si, como mis niñas que me dicen «ahora somos tus alumnas para prácticas»🤣
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A mi el estado de alarma me ha coincidido con el final de mi baja maternal/lactancia/vacaciones del año anterior. Me lo he tomado como un regalo, la excedencia que no podíamos permitirnos. Teletrabajo, clases escolares de mi mayor y encierro, no es el ideal, pero si es ideal estar con mis dos soles todos estos días para trabajarnos. Un abrazo
Carmen.-