Desde hace un tiempo teníamos en la despensa un paquete de guisantes secos y nunca nos acordábamos de él. Son una legumbre como las judías o los garbanzos, y por eso se nos ha ocurrido hacer con ellos un falafel de guisantes. Es un plato que nos encanta, y aunque no sabíamos como iba a reaccionar nuestro hijo porque las texturas crujientes no le hacen mucha gracia, al final han resultado ser todo un éxito.

Los guisantes secos los puedes encontrar en grandes supermercados, herbolarios o en comercios de productos árabes o marroquíes. Y pueden ser enteros, como los nuestros, o partidos y pelados. Cualquiera de las dos opciones es igual de buena. Pero es importante que sean secos y no frescos (o congelados). Si no los encuentras, es preferible que los sustituyas por garbanzos y hagas la receta tradicional. En este caso, te dejamos otra receta más de falafel de garbanzos.

Aunque los guisantes secos los solemos tomar cocidos en forma de guiso, sopa o crema, esta receta es un éxito asegurado, y si los falafel van con salsa de yogur, más aún.

Descontando el tiempo de remojo de los guisantes, es una receta sencilla, rápida y que puedes preparar con antelación. Si haces mucha cantidad puedes congelar los falafel justo después de darles la forma y antes de freírlos. Así los tendrás listos en el congelador para una emergencia.

INGREDIENTES: (salen 25 unidades aproximadamente).

• 250 gr de guisantes secos (puede ser enteros o partidos sin piel).
• 70 gr de cebolla picada.
• 3 dientes de ajo.
• 1 cucharada sopera de perejil fresco picado.
• 1 cucharada sopera de cilantro fresco picado.
• 1/2 cucharadita de comino molido.
• 1/2 cucharadita de pimienta negra molida.
• 1/8 cucharadita de chili en polvo (opcional).
• Sal al gusto (1 cucharadita aprox).
• 2 cucharadas soperas de aceite de oliva.
• Zumo de medio limón.
• 1/2 cucharada de levadura química (polvo de hornear, Royal por ejemplo).
• 70 gr de pan rallado.
• Aceite para freír (en caso de no hacerlos al horno).

ELABORACIÓN:

Comienza por poner los guisantes en remojo la noche anterior, al menos 8 horas.

Pica la cebolla muy fina y coloca todo junto, salvo el pan rallado, en un procesador de alimentos o picadora, este procesador es el que usamos nosotros desde hace años y estamos muy contentos con él. Tritura hasta obtener una textura homogénea pero sin que llegue a ser un puré, te interesa que quede similar a arena. Entonces, coloca la masa en un bol grande y añade el pan rallado. Amasa y mezcla con las manos para asegurarte que se integra completamente.

Deja reposar media hora al menos, así el pan rallado absorberá la humedad y la masa tendrá más cuerpo.

Cuando la masa esté lista, puedes hacer bolitas o bien formar una quenelle, como hemos hecho nosotros. Si las vamos a freír, preferimos esta forma porque los extremos y las aristas quedan más crujientes. Para hacerlo, ayúdate de un par de cucharas, como si hicieras croquetas.

Fríelas en abundante aceite caliente y espera a que estén bien doradas por fuera, recuerda que es este calor el que tiene que cocinar los guisantes, así que no te apresures en sacarlos. Colócalos sobre un papel absorbente para eliminar el aceite sobrante.

Si por el contrario, te decides por el horno, el color no va a ser tan uniforme, ni quedarán tan crujientes, pero de sabor quedan increíbles de cualquiera de las dos maneras.

Para acompañarlos hemos hecho una salsa con yogur de soja que les va de maravilla. Aquí tienes la receta:

INGREDIENTES:

• 150 gr de yogur de soja natural sin edulcorar.
• 1/2 cucharadita de mostaza.
• Sal al gusto.
• 1 Cucharada de zumo de limón.
• 1/2 cucharadita de eneldo fresco picado.
• 1 diente de ajo bien chafado (opcional).

ELABORACIÓN:

Si quieres una salsa más espesa, puedes dejar el yogur escurriendo en un colador muy fino o sobre una tela de algodón limpia para que escurra el suero y quede más denso.

Añade el resto de ingredientes y mezcla con cuidado con una cuchara. No lo batas.