Como comentaba en esta entrada, nos encantan los libros infantiles, tenemos muchos (pero menos de los que nos gustaría jeje) y almacenarlos a la vista llegó a ser un problema.

Antes de nacer Abril, montamos un cuarto de juegos (lo podéis ver en BabyDeco); ya sabíamos que queríamos colechar (en aquella época por puro amor, pero acabó resultando necesario como respirar), así que pensamos que tener un sitio para jugar con ella, con colores alegres y mucha luz era mucho más interesante que la típica habitación de recién nacido, con cuna, cambiador y tonos suaves (aunque reconozco que me apasionan). Hace tres años yo no tenía mucha idea de nada maternal, ni amigos con niños, ni mucho menos de pedagogías no tradicionales (ni tradicionales para que engañarnos jajaja), así que montamos el playroom pensando en que nos hubiera gustado tener de pequeños y sobre todo unisex, ya que el sexo de Abril sólo se desveló cuando ya estaba en mis brazos 🙂
Mi amiga Celia tiene recopilado en su blog Ahora soy mamá estas estupendas ideas. Hoy en día, con lo que sé sobre niños (esto me ha quedado muy de madre jaja) lo hubiera hecho distinto, Por ejemplo, estas estanterías con marcos Ribba de Ikea:

Nos gustaba mucho que ella pudiera ver los libros de frente, y no el canto, que no suele ser muy atractivo, ni dar mucha información (¡buena idea!), pero claro a esta altura, pues lógicamente no llegaba (¡nefasta idea!). En aquella época, yo pensaba que idílicamente me señalaría con su tierno dedito el libro que quería y lo leeríamos juntas emanando amor por todos y cada uno de nuestros (limpísimos) poros. La realidad era que apenas andaba y ya trepaba por la estantería para cogerlos, a su favor tengo que decir que con gran seguridad y mucho salero.

Este otoño, modificamos un poco la habitación, compramos modulos trofast para tener mas almacenaje y quitamos las mesitas lack (cuando conocemos los muebles de Ikea por su nombre te das cuenta del grado de frikismo que llegas a alcanzar jeje). Ya no podía trepar con seguridad, intentó hacerse una escalera de trofast y le expliqué que se podía hacer daño, por suerte la convencí. Así que se pasaba el día cargando con su banqueta de la cocina por toda la casa (lo que está muy bien si no fuera porque muchos días se acuesta a las 2 de la mañana jeje). Íbamos a comprar otra banqueta, pero se me ocurrió comprar los especieros bekvam para utilizarlos como estanterías, lo había visto alguna vez en Pinterest y me parecía chulichuli.
Tenía el sitio ideal, el pasillo, entre el cuarto de juegos y la habitación familiar. Tantee a mi Macho Alfa (nuestro xy es tan mañoso como vago procastinador) y finalmente le convencí (no voy a decir como). En esta zona del pasillo teníamos unas estanterías chiquitinas que ya os enseñaré en que transformamos. Éste es el resultado por menos de 25 euros 🙂

Cuando la vió montada, Abril se volvió loca, «leyó» libros sin parar durante casi una hora. Autonomía para ella, orden para mí. Y Emma feliz.

Tiene dos actividades predilectas: Ojear los libros de texturas (oooooh cutie) y  sacar todos los libros y diseminarlos por el pasillo, incluso haciendo lanzamiento de libro (fail). Mi Macho Alfa ha concluído apodarla EmMazinger Z por su capacidad destructiva que ya supera a la de su hermana Brizzila. Algún día os contaré su ataque definitivo. Y pensar que cuando nació le decía a todo el mundo que era un bebé seta y no entendía las miradas confusas… lo que tiene la sobredosis de endorfinas 😛

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