«No te vayas» es un precioso álbum ilustrado, los colores predominantes son rojo, negro y blanco, con preciosos toques dorados, una combinación que me encanta, y las ilustraciones son divinas, sencillas, diferentes. Nada que ver con los típicos libros infantiles que podemos encontrar, ni por sus ilustraciones, ni por su temática.
Catalina, igual que Abril y muchos otros niños, nunca quiere despedirse, ni del sol, ni de su globo, ni de su diente, ni de su triciclo, ni del autobús. El libro tiene un esquema repetitivo en el que intenta explicar el niño que con las despedidas llegan también cosas nuevas, tan estupendas como las que dejamos atrás. La forma que tiene la autora de tratar como algo positivo esos pequeños duelos cotidianos es exactamente la forma en la que me gustaría que los entendieran las niñas.
“A Catalina no le gusta despedirse.Siente un pinchazo en el corazón.Un sapo en la tripa.Y unas ganas enormes de decirle al invierno: NO TE VAYAS”“A Catalina no le gusta despedirse.Siente un pellizco en el corazón.Un canguro en la tripa.Y unas ganas gigantescas de ordenarle a su diente: NO TE VAYAS…El diente, entonces, se disfraza de equilibrista del circo solo paraCatalina.Pero luego se tiene que caer porque…”
Por ponerle un pero (ya sabéis que soy quisquillosa con los cuentos y madre colechadora además), no me gusta mucho que tenga que despedirse del papá por las noches. Pero quizá esa separación no sea tan física, como mental. Cuando Abril era muy bebé tuvo una larga temporada que no era capaz de conciliar el sueño y siempre he pensado que le asustaba perder la conexión con nosotros, a pesar de dormir junto a ella.
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