Tenía pendiente desde hace tiempo escribir este post, hay veces que me cuesta arrancar con los post que preveo polémicos, pero estos días, con las tristes noticias sobre bullying que hemos tenido, me ha parecido necesario, pues muchas personas piensan que la forma de erradicar este tipo de violencia es con más violencia y no suelo decir a la gente que se confunde, pero en esta ocasión no puedo dejar de hacerlo: La violencia engendra más violencia, y no hablo solo de la violencia física que por suerte está penada por la ley y la condeno totalmente y sin excepción. Hoy más que nunca tenemos que educar para la paz y es indispensable que en nuestras casas y nuestras escuelas haya más mesas de la paz y menos sillas de pensar.
En Montessori no hay premios, ni hay castigos, sino que los niños se responsabilizan de sus actos en la medida de sus posibilidades por edad, madurez y demás características: Un guía Montessori no interfiere ni para alabar, ni para castigar, ni para corregir errores (que no son otra cosa que el motor del aprendizaje, sea del tipo que sea). Y llevar al hogar los principios Montessori pasa por hacer este mismo viaje interior. Veamos los tres puntos clave.
Los castigos
Cuando castigamos a los niños por sus comportamientos, no estamos facilitando en absoluto la autodisciplina, la motivación intrínseca, ni permitimos que se hagan autónomos y responsables.” Si otra persona va a juzgar mis comportamientos y clasificarlos, ya no tengo que hacerlo yo” puede pensar un niño, ya no es necesaria la autocrítica, ni resolver, ni reconciliarse, ni asumir, ni responsabilizarse de su error. O peor, con el uso de premios y castigos se corre el riesgo de que el niño no innove, no cree, no desarrolle toda su creatividad, no se atreva a correr riesgos y probar cosas nuevas. Pierde su energía para guiarse a sí mismo, en definitiva.
Y muchos os preguntaréis, ¿y entonces como padres tenemos que permitirles todo? Por supuesto que no, siempre pienso en el primo de Harry Potter cuando me hacen esta pregunta XD. Y no, no es en absoluto recomendable, parece que en algunos entornos igual que la palabra obediencia nos da grima, la palabra límite nos da urticaria. Los limites están ahí, para todos, no solo para los niños, porque son un instrumento de la sociedad para mantener nuestras libertades, y como padres, debemos informar a nuestros hijos de su existencia.
Mi libertad se termina donde empieza la de los demás
Jean-Paul Sartre
Por eso, no debemos tener miedo de explicarles a los niños los límites, ni tampoco cuando tengan edad suficiente debemos temer que participen en la creación de nuevas normas en pequeñas asambleas caseras.
Algunos pensarán, “Tus hijas serán muy buenas” y os diré que sí, que son maravillosas, buenísimas, súper colaboradoras (para su edad y mis expectativas, para otras familias todo lo contrario :P) y que no puedo tener más suerte de tenerlas en mi vida. Pero no, no son robots, son niñas pequeñas, sus comportamientos no son siempre acordes a las normas y límites que hemos acordado/impuesto/informado (según el caso) y que cuando eso ocurre buscamos soluciones y no castigos. Y cuando alguien las amenaza diciendo que su madre las va a castigar siempre dicen “Mi madre no nos castiga” entre sorprendidas, orgullosas y un poco ofendidas XD Y por supuesto DAMOS EJEMPLO, porque de nada sirve la palabra si no va acompañada de la acción.
“De dónde sacamos la idea absurda de que, para que los niños mejoren, primero hay que hacerlos sentirse mal?”
Jane Nelsen
Las consecuencias
Debemos tener cuidado con no utilizar la palabra consecuencia como un eufemismo de castigo. Las consecuencias suelen ser naturales: Ej. Derramar agua-recoger. ¿Pero y si por ejemplo no quieren recoger los juguetes? Pues será algo que a ellos no les moleste pero a los adultos puede que sí (seguramente), que pisemos los juguetes y se rompan, o nos escurramos con ellos y se hagan daño. Para casos así, en nuestra casa solo hay una opción: Pactar, que recogeremos juntos o que lo harán ellos como una norma de la casa (Dependiendo de la edad, claro, ahora Abril recoge sola, sin pedírselo, sin ayuda, porque ha interiorizado la norma…)
Podemos hablar de consecuencias lógicas, que tienen que cumplir una serie de requisitos y sinceramente causan muchas veces más daño a la conexión que beneficios. Muchos conflictos suelen venir por estas consecuencias no naturales y es importante gestionarlas bien, desde la empatía, la calma, sin juicios, sin tomarlo como algo personal (¡No nos desafían los niños pequeños!) y siempre manteniendo unas expectativas adecuadas. No debemos perder nunca la conexión con nuestros hijos tal y como os contaba en el artículo de rabietas. Cuando hay hermanos las soluciones varían, escribí un post al respecto… Jamás debemos permitir eso sí ninguna muestra de violencia, ni entre ellos, ni con otros niños. Y a la vez, esa es nuestra tarea, la de los adultos, no la de los niños y niñas que están explorando y aprendiendo….
Un ejemplo de consecuencia lógica, si hemos acordado algo y no lo cumplen: Que recojan los juguetes antes de cenar y no lo hacen, no podemos simplemente dejarles sin cuento (porque a priori una acción no tiene nada que ver con la consecuencia), excepto si explícitamente hemos pactado previamente que si quieren leer tres cuentos antes de dormir tiene que estar el salón recogido, como una norma de la casa, pues el tiempo invertido por los padres en recoger juguetes sustituye al de los cuentos.
Igualmente es importante que repensemos las consecuencias lógicas, porque quizás esta situación podría resolverse más fácil y respetuosamente con las necesidades de todos con uno «yo necesito… tú necesitas…, ¿qué podemos hacer? Y quizás podamos recoger juntos el salón rápidamente antes de cenar, o cualquier opción que respete sus necesidades. También podemos decidir lo que nosotros, como adultos, vamos a hacer, por ejemplo, adelantar la hora de la cena para ir menos apurados….
Este tipo de normas y límites son difícil de aceptar e interiorizar por niños menores de tres años (en los que su mente es absorbente inconsciente, tal y como vimos en el artículo sobre los cuatro planos del desarrollo en Montessori) y con los mayores funciona mucho mejor si ellos mismos han participado de la creación de las normas pues se sienten integrados y se involucran. Se comprometen. Cuando sean demasiado pequeños para participar en esta creación de normas, los padres no debemos olvidarnos de la empatía y del punto del desarrollo en el que están los niños.
Hay veces que no podemos permitir que experimenten las consecuencias de sus actos y en la mayoría de los casos, estas prohibiciones tienen que ver con su seguridad, el respeto a los demás o nuestras convicciones (El. Cruzar solos, maltratar al gato o derrochar agua). Y hay que impedirlo, con cariño, pero con firmeza. Distraer (redirigir a lo que si pueden hacer) si son muy pequeños es la mejor opción y acompañarles en sus frustraciones, sin juzgar (tenéis más consejos sobre como gestionar las rabietas aquí) nuestra labor.
Lo sé, es complicado, en nuestros cursos siempre cuento que cuando Abril tenía tres años me dijo un día “Mamá, y si vas con el coche y te ponen una multa, es un castigo o una consecuencia”. Me quede a cuadros y le devolví la pregunta y me dijo que un castigo, le expliqué que podría parecerlo pero que cuando te sacas el carné de conducir tienes un compromiso de no ir a x velocidad y si lo incumples, estás incumpliendo ese trato y que las leyes están para protegernos (lo del afán recaudatorio de algunas administraciones lo obvie un poco jiji). A ella le siguió pareciendo un castigo y desde luego es un debate muy interesante (que os animo a tener en los comentarios).
La frontera entre castigo y consecuencia es una línea muy delgada.
Los premios
En definitiva, mejor evitar el castigo porque además no funciona, ¿pero y los premios? Los premios parecen algo positivo pero en el fondo son la cara B de los castigos. De hecho, en investigaciones sobre los procesos mentales que se llevan a cabo en el conductismo, se ha demostrado que el uso de solo castigos, no es eficaz, es necesario completarlos con premios para que el método tenga éxito. Dar una de cal y otra de arena, como se suele decir popularmente.
Sobre conductismo podríamos hablar largo y tendido, es un tema al que le tengo mucho cariño porque gracias a él me di cuenta de que M.A. era inteligente XD
María Montessori lo resume muy bien en La Mente Absorbente (podéis consultar más bibliografía recomendada aquí)
Los premios y los castigos, en cuanto resultan extraños al trabajo espontaneo del desarrollo del niño, suprimen y ofenden la espontaneidad del espíritu. Por esto no pueden darse en las escuelas que, como las nuestras, quieren defender y hacer posible la espontaneidad. Los niños dejados libres, son absolutamente indiferentes a los premios y a los castigos.
El elogio vacío
No quisiera terminar sin hacer referencias a las elogios vacíos, que mal utilizadas son algo parecido a los premios. Me refiero al “muy bien”, tan común y habitual y con el que corremos el riesgo de que el niño empiece a realizar su trabajo espontáneo para recibir un comentario nuestro.
Por ejemplo el niño pequeño en el parque que empieza a llenar un cubo de arena y sus abuelos no dejan de repetir muy bien a cada palazo, se desvía de su objetivo principal (llenar el cubo de arena, una actividad sensorial donde se practican un montón de destrezas) para hacer felices a sus abuelos. Y esto que nos parecen tan lindo y cándido, en la adolescencia puede ser muy peligroso (sustituye abuelos por amigos y palazos por chupitos y el escenario se vuelve terrible).
De nuevo, os pido mesura, tampoco es necesario ser un padre-piedra: Compartir su alegría por sus logros y acompañarles y animarles en sus desafíos es natural. Abusar del “muy bien”, utilizarlo de manera indiscriminada, inespecífica y casi automática tiene un efecto poco deseable: que hagan ciertas cosas para obtener nuestra aprobación y que además les cree una cierta adición.
Si no podemos evitar el halago, siempre es mejor concretar, alabar el proceso en vez del resultado, y centrar la atención en el niño y no en nosotros. Conectar al fin y al cabo. Hay un artículo muy interesante de Alfie Kohn al respecto “Cinco Razones para dejar de decir “Muy bien”, y os propongo su lectura pues además nos ofrece alternativas ( Este artículo es un resumen de un tema del curso Montessorizate! que ya está terminando su fase tester, y en él os cuento varias alternativas más).
Espero que os haya mostrado mi postura y sobre todo que os haya hecho plantearos vuestras propias conclusiones.
«Lo peor es educar por métodos basados en el temor, la fuerza, la autoridad, porque se destruye la sinceridad y la confianza, y sólo se consigue una falsa sumisión.»
Albert EINSTEIN
Os espero en los comentarios.
¿Intentáis evitar premios, castigos y alabanzas vacías?
¿Cómo educáis para la paz?
¡Feliz lunes!
Muy interesante, yo no los castigo, pero muchas veces al no hacer cado, sobre todo el mayor de 4 años termino gritando, es verdad que fue y es de altas necesidades, muy inteligente, y poca empatia, un niño con carácter muy complicado y gustos peculiares.
Con su hermana pequeña de dos, fatal, ayer justamente sin estar peleando fue y le pego 3 puñetazos en la cabeza. Mi marido al verlo le dijo que eso no se hace, que porque lo hizo y el se reía,
yo ya no sé cómo manejar lo. A ver si con lo de las normas puedo mejorar la situación, porque la nena también empieza ahora copiar al germano y terminan pegándose. Algún consejo?
gracias…
Wow.. como me identifico con tu comentario. Tengo una peque de 6 años que fue una niña de alta demanda, y hoy una niña con poca empatia y carácter algo difícil. Y un peque de 26 meses que le gusta pegar :(…. Son realmente encantadores y se llevan bastante bien. Los dos muy inteligentes. Pero hay momentos que me superan y no se como llevarlos :(… Ojala alguien tenga algún consejo útil, en especial con la de 6, que ya me esta costando mas!!! Saludos y espero que te valla bien con tus peques 😀
Yo lo veo castigo. Como Abril. Jiji. Lo del muy bien en mi entorno solo lo hago yo. Cuando viene la abuela y cada segundo dice un muy bien….lueho se va y ella me mira y yo no se los digo. Creo que la tengo bastante confundida.
Nosotros estamos trabajando para cambiar todo lo aprendido y educar de una forma más respetuosa, siempre he pensado en la delgada línea que separa consecuencia y castigo y me alegra que lo comentes, mis hijas lo confunden, pero normal, si en todo su entorno (clase, abuelos, amigos… ) la palabra «castigo» está a la orden del día.
Megafantástico! <3
Para mi es muy difícil seguir este tipo de normas, así como con mi hija mayor, 7 años, todo funciona, la pequeña, 3 años, me trae loca, es absorvente, mandona y tiene la mano larga, pero sólo con su hermana, todavía no he encontrado la manera de decirle las cosas y que escuche… Sólo te hace caso cuando gritas!!! Espero que esto cambie pronto, no me gusta estar todo el enfadada. No somos padres perfectos, ni creo que existan y como cada niños es un mundo… De momento tengo que tener paciencia!! jeje
Me ha encantado el post, Bei. A mí también me dicen que las educo así porque me han salido muy buenas, a lo que contesto que seguramente son así por la educación que les damos.
A mí me apena mucho cuando viene del cole y me cuenta que les han castigado a todos sin patio por razones absurdas.
Muy controvertido el tema. Soy de la generación educada en el LO HACES ASÍ Y PUNTO, CUANDO SERÁ MAYOR HARÁS LO QUE TE DÉ LA GANA. Entonces el primer obstáculo para educar sin castigos e implicando en la construcción de normas soy yo. Pero estoy muy consciente que cada vez que le mando hacer las cosas de mala manera a mi hija, sé que no lo hago bien. Hay días que razono conmigo misma y consigo explicarle, llegar a un acuerdo y la verdad que es lo que mejor funciona. Pero muchos días, no organizo bien mi tiempo y voy con prisas y es cuando no hay tampoco paciencia para explicar, dar soluciones y marcar juntas las pautas.
El post tuyo me anima a conseguir tener más días de tiempo bien organizado para tener más paciencia.
Gracias por compartir
Hola!! Madre mía todo lo que tengo que aprender… ya sé que no se puede ser perfecta pero te veo (leo) a ti y me veo a mi misma y… me falta experiencia. Yo tengo un bebé (una toddler) de 16 meses, no la castigo y tampoco le doy premios pero lo que si hago es halagarla, muyyyy bien cuando está comiendo genial o aplaudimos cuando hace correctamente los ruidos de los animales y es cierto que le encanta pero me estoy dando cuenta de que a veces hace algo y no le decimos nada y ella se aplaude a si misma o hace palmitas para que nosotros se las hagamos, leyendo tu post (enhorabuena, no sé como consigues llegar a todo con esa entereza) me entran dudas de si lo estamos haciendo bien. Tu blog me ayuda a ser más paciente y a intentar mejorar en la forma de educarla. Muchisimas gracias!!!!!
La verdad es que es complicado, mientras consigues estar tranquila aun pero cuando ya te han sacado de tus casillas es muy dificil que no salga el piloto automatico. Yo intento no premiar, ni chantajear si haces tendras o al contrario, y muchas veces me toca corregir a mi madre.
Con lo del muy bien tengo un caso concreto que supongo que se solucionara solo pero.. Te cuento, este verano la nena aun no tenia ni 18 meses y empezo a querer imitarnos sentandose en el water, en total que le compre un orinal para que pudiera ir cuando quisiera y una tarde se sento y al levantarse habia hecho caca, de la emocion de su primera caca en el orinal nos salio el felicitarla y aplaudir y ella se puso a llorar (ya no sabemos si del susto de nuestra reaccion o de la caca, porque hasta hace poco aun lloraba al ver la caca en el orinal) y claro enseguida la abrace y la tranquilice. Pero desde entonces cuando hace pipi o caca en el orinal se aplaude y me da un beso, incluso cuando estamos en la cama y quiere ir al orinal dice pipi aplaudiendo y dandome un beso, le he explicado ya muchas veces que me encanta que me de besos pero que no es necesario que me lo de para ir al orinal que si me dice mama pipi ya la acompaño y le desabrocho el pijama (si fue una mala compra de mami primeriza no intuir que ya no iban a ser practicos los pijamas abrochados a la espalda, pero no pense que empezaria tan pronto…) Como lo gestiono ? Tambien es cierto que desde que la he implicado en la limpieza del orinal (tirarlo al water y luego con la ducha enjuagarlo y volver a ponerlo en su sitio) parece que ese objetivo la distrae de los aplausos y el beso, pero por la noche en la cama continua haciendolo… Gracias por tus post, aunque no siempre puedo seguirlos la filosofia montessori es complicada y yo aun no he conseguido hacer ese viaje previo, si que intento ir encajando algunos puntos y tus post me van superbien para ir aprendiendo como gestionar el dia a dia y como darle mas autonomia a la nena.
Genialmente explicado! lo voy a guardar en favoritos para reenviárselo a quien no lo entiende!
(el ejemplo de los chupitos me ha encantado! Un beso, bonita
Me encanta Bei. Se lo he pasado a la abuela, que como bien dices a veces abusan de los «muy bien» y de los «te vas a caer» para que entiendan un poquito de lo que hablo, y también a mi hermano que muchas veces me cuestiona por las buenas como hago las cosas y quiere saber porque prefiero hacerlo de tal o cual manera, y yo interiorizo pero nunca he sabido explicar. A mi me queda muuucho que interiorizar y aprender pero me cuesta muchísimo que el papi lo entienda, por eso con tu sorteo de plazas Montessorizate tenia la esperanza de ganar para hacerlo con el papi y que vayamos en equipo porque ahí si se me hace duro no conseguir que me entienda ciertas cosas y tirar yo sola del carro y acaba afectando a la pareja y a nuestra familia, aunque hemos hablado (diálogo ante todo) y hay menos conflicto, sigue sin compartir mi visión de algunas cosas pero es que el tampoco tiene una alternativa educativa que ofrecerme…En fin, que me siento atascada…sortea otra plaza del curso mujer que la necesito cómo el comer por mi salud mental! ;P. Nada, espero que neoncookie no te esté dando mucha juerga nocturna. 🙂
Qué bien explicado! Eliminar el «muy bien» y similares me cuesta muchísimo.
Se pone tan contenta cuando consigue algo aplaudiendo y mirándome que… yo también acabo aplaudiendo instintivamente. Además es uno de los aspectos Montessori con los que no conseguía estar de acuerdo. Las frases alternativas al muy bien las veía encorsetadas, las típicas que no salen de forma natural. Y me genera una sensación de crear una relación y comunicación poco natural con mi hija.
Aunque según os leo voy cambiando algo de opinión con los halagos. De momento no del todo.
Me ha encantado tu post, gracias! Yo intento huir del castigo, y del premio, aunque a veces como dices la línea que separa el castigo de la consecuencia es tan fina que cuesta… Sobre los halagos, intento centrarme en lo que ha hecho, y no en el resultado. Por ejemplo, hablar de los colores que ha elegido… Sin duda es un tema que debemos trabajar nos, ya que vivimos en un mundo totalmente contrario a esta forma de Criar…
Me gusta mucho el post de hoy. Es un tema muy importante y estoy muy de acuerdo con lo que planteas. En casa no hay premios ni castigos. Pero reconozco que sí hay gritos y pérdidas de paciencia. Cada vez menos y el resultado es bueno, pero a veces pierdo el control cuando el mayor agrede al pequeño o cuando está venga molestarle y además se ríe. Se me hace muy difícil a veces y me preocupa… Pero leo y leo y cuando encuentro algo inspirador lo releo de vez en cuando y eso me ayuda mucho. Gracias Bei como siempre ☺️
Hola:
Muy interesante el post.
Ya que mencionaste lo de los abuelos, me gustaria saber como gestionar los halagos vacios de los familiares hacia el niño. A mi me cuesta mucho ser acertiva al explicar el por que no deben aplaudir y decir muy bien a cada cosa que hace mi hija y se vuelve confuso y ahora ella esta pendiente de los aplausos. Ademas no todos en mi entorno estan abiertos a pensar en la educacion de otra forma y eso lo hace mas dificil.
Me ha gustado mucho este post; yo aborrezco la violencia y siempre tuve claro que a mi hijo no le iba a pegar nadie, pero no empecé a pensar en el tema castigos y premios hasta que descubrí a Montessori. Ahora, poco a poco, voy quitando el «muy bien» de la boca (aunque me cuesta horrores que el resto de la familia haga lo mismo) e intento utilizar las «consecuencias». Aunque todavía es tan peque que no se entera muy bien 😉
Feliz día!!!
Hola Bei! Muy chulo el post! Nosotros intentamos no usar ni castigos ni premios, pero el entorno (abuelos, cole) a menudo lo ponen bastante difícil, porque echan por tierra mucho trabajo. A veces, si la paciencia está colmada, hay gritos y cosas absurdas que no me gustan nada. Ahora mi peque de cuatro años, se está mordiendo las uñas, y no sabemos qué hacer para erradicar esta costumbre…¿podrías sugerir alguna consecuencia que no sea «cada vez que te vea con el dedo en la boca dejarás de ver un dibujo animado»?Gracias.
He leído también un enlace muy chulo (no lo había visto hasta ahora) de la rivalidad entre hermanos. Hemos sido padres de nuevo hace dos meses y medio, y mi hija mayor a veces coge con mucha brusquedad a su hermana, la zarandea y le da fuertes achuchones. La mayoría de las veces que hace esto le decimos con suavidad que la hermana no es un juguete y que hay que tratarla con dulzura, pero a veces parece que lo hace para fastidiar a su hermana, y directamente la reprendemos, algo que creo que empeora las cosas. ¿Puedes aconsejarnos algo al respecto? Gracias de nuevo.
Ai, la línea castigo / consecuencia es taaan delgada que mi pareja y yo lo hemos discutido varias veces y no llegamos a un acuerdo, para ella las consecuencias son castigos a los que cambiamos el nombre para sentirnos mejor! Vamos, que una multa es un castigo en toda regla desde mi punto de vista. Sobre todo porque lo que infunde, es miedo a que te la pongan y te hace sentir mal. La verdad es que creo que hay casos en los que la consecuencia directa no existe, pero hay que buscar algo directo, que no se alargué en el tiempo como esas semanas enteras sin ver la tele o jugar a la maquinita….no creéis? Pero a veces es tan complicado!
Gracias por este post! Sin duda el ejemplo de los chupitos es brutal Y muy muy ilustrativo.
Tengo q ponerme las pilas con los halagos, sin duda. Es mi punto más flojo. Las consecuencias y los pactos los vamos trabajando, pero aun es pequeña (2años) para aceptarlo todo. Aun así se lo explico q seguro q a la larga lo entiende.
Ah! La multa… yo lo veo una consecuencia mal planteada q se convierte en castigo porq no es adecuada. Deberiamos cumplir las normas de trafico por respeto a la vida propia y sobre todo de los demás, y no por miedo a la multa. Asi q, estoy con Abril, es un castigo!
Buena semana!
Carmen.-
Hola Bei! Tienes muchos comentarios por responder jeje. Espero puedas también responde el mio. ¿Cómo le explicas a tus hijas lo de castigo y consecuencia? ¿Cómo las invitas a que establezcan las reglas de la.casa? Podrías darnos algunos ejemplos por favor? Gracias por todo tu apoyo. Me encanta tu blog!! :*
No soy Bei pero te puedo contar como lo hago yo, por si te ayuda. En mi caso, de un tiempo a esta parte lo que más cuesta es el recoger los juguetes o el tratarlos con cuidado cuando empieza a estar cansada. (Ahora tiene 26 meses). Le explicamos que para poder tener las cosas hay que saber cuidarlas, si las rompemos o tiramos es que quizás todavía no estamos preparados para tenerlas y podemos guardarlas para cuando sea un poco mayor y haya aprendido. Y le dejamos que se lo piense un poquito. También le sirve de consecuencia cuando busca algo y no lo encuentra y ella sóla se contesta con un, claro, lo deje descolocado y ahora no lo encuentro. O al revés, cuando pregunta por algo, le digo que mire en su sitio. Lo busca y dice muy contenta que lo ha encontrado porque estaba colocado.
También empieza a verlo con el tiempo de las cosas, me explico… tuvo una temporada en que vestirse era estar una hora (de reloj) hiciera lo que hiciera, yo le explicaba que si tardabamos mucho en salir, luego nos quedaba menos tiempo para la actividad que fueramos a hacer (piscina, parque…), hemos llegado a ir al parque para estar 10 min. Es un poco tostón pero ella ha interiorizado que el tiempo se puede gastar en cosas aburridas o divertidas. Es lento, pero da frutos poco a poco.
Ufff. Totalmente de acuerdo. Lo que cuesta pensar en lo que realmente quieres hacer… cuando los nervios nos pueden, y lo fácil que es caer en lo que no queremos ser… me quedo con una frase de Bucay «Todo lo bueno cuesta». Nuestra hija y la paternidad es el reto más importante y díficil al que nos hemos enfrentado. Aunquye también el más gratificante con diferencia.
Esta muy bien pero realmente es muy difícil. Y quedan dudas: Cómo hacerlo sin convertirse en una seta? Siempre he sido muy «emocional». Cuando me río me río y cuando lloro lloro. No sé si me explico. He de cambiar ahora que tengo un bebe? Tengo q dejar de sentir? Además, ver a su mama «una seta» no hará que mi bebe se convierta también en «una seta». He llorado mucho pero también he sido muy feliz riendome. Merece la pena no ser seta. Y no quisiera q mi bebe lo fuera de adulto
Uh, me estaba releyendo esto para refrescar y miraba los comentarios por buscar más ideas… Y me chocó mucho tu comentario. ¿Por que dices que es ser una seta? Puedes alegrarte, llorar, enfadarte y lo que sea… Precisamente una de las cosas que buscan estás ideas de vida es el respeto y el validar las emociones, pero educando con el ejemplo, lo que hay que conseguir es gestionar bien esas emociones, aceptarlas, pero gestionarlas bien. Qué las emociones negativas no te bloqueen, que los enfados no te lleven a hacer daño a los demás, etc. Y si lo dices por el muy bien y alegrarte de sus logros… No es que no puedas alegrarte, sino que se trata de que no terminen buscando esa validación para cualquier cosa que hagan, porque no es muy sano.
Me ha gustado mucho
Hola, quisiera hacerte dos preguntas, no sin antes mencionar que soy seguidora de tu blog y que aparte de aprender un montón me encanta que seas tan respetuosa a la hora de escribir (no juzgas las demás familias, algo que a veces es muy común).
Ahora las preguntas bien sabemos que los niños deben entender las consecuencias naturales de sus actos, esto es claro, pero me confunde un poco que digas que no cumplir un previo pacto y experimentar la consecuencia posterior no es un castigo, yo puedo ‘pactar con mi hijo que si no come no habrá ida al parque? No se, viéndolo así me suena más a castigo, podrías ahondar más al respecto por favor.
Segundo como le explicas a un niño pequeño la diferencia entre castigo y consecuencia.?.. …
Te agradecería tu respuesta 🙂
Me encanta tu post. Y el dilema de la delgada línea entre castigo/consecuencia.
Hoy mi peque (3 años), por un drama que no viene al caso, había sacado toda su ropa de su armario. Cuando he ido le he dicho que debía recogerla. Ella se ha negado y se iniciado una corta pero muy intensa discusión a cerca de quién debe recoger la ropa. Ella tenía un argumento claro “yo no, tú“, pero yo he usado uno de peso “la ropa es tu responsabilidad. Si no te responsabilizas, adiós armario a tu altura y yo escogeré tu ropa“. Ella conoce las devastadoras consecuencias que tiene eso para la imagen personal de una, así que ha atendido a razones.
Pero mi cerebro, que a veces va por libre, se ha quedado encallado ahí. Una parte de él intenta iniciar una disquisición teórica a cerca de si lo que he aplicado es una técnica de la crianza natural, las consecuencias lógicas, o ha sido una amenaza normal y corriente y, encima, aplicada con alevosía.
Pd: A mi entender, las multas son un castigo. Una sanción económica. Un castigo en donde nos duele a los adultos.
Muchisimas gracias por compartir esta manera de reeducarnos y educar desde el amor de verdad