Hola a todos, vuelvo por aquí después de un tiempo de retiro. Muchos cambios en la web, mucho trabajo y, no os voy a mentir, el curso se me está haciendo especialmente cuesta arriba. Pero bueno, eso ya daría para otro post o, incluso, para un libro. Hoy os traigo una de esas joyas e Devir orientadas para los más peques y para la familia: La Torre Encantada (enlace afilado), que ya os adelanté en el post sobre juegos de mesa para regalar en navidad. Uno de esos juegos de los que se aprovecha, como dice el refrán sobre el cerdo, hasta la caja.
No sé por qué, siempre que veo este juego en la estantería me acuerdo de una palabras que me dijo un profesor de Hª Antigua durante la carrera: “Los buenos libros son los que se tienen de pie…” Yo añadiría, además, que son aquellos cuyas esquinas están dobladas de tanto usarlos, libros que lees con un lapicero y que están llenos de notas y aclaraciones; cosa que, os reconozco, me ha costado más de una mirada inquisitorial, como si pintar en un libro fuera pecado. Luego, me acuerdo que un compañero de trabajo que tuve, doctorado en Literatura, hacía lo mismo y se me pasa, XD.
A estas alturas estaréis pensando que se me ha ido la cabeza, que a qué viene esto, pero paciencia, todo al final acabará por tener sentido; porque este juego, al igual que esos libros, tienen las esquinas dobladas y está reparado con celo (bendito sea de paso), lo que para un juego bien tratad significa que ha visto mucha mesa y, no nos engañemos, las cajas decoran, pero los juego están para jugar.
Ya os he advertido que tendría sentido, o quizás solo sea cosa de mi extraña capacidad para buscar relaciones entre todas las cosas por muy pequeñas que sean.
A lo que vamos, que me pierdo, el concepto del juego es tremendamente sencillo: una princesa (o princeso) ha sido secuestrada (o secuestrado) por un mago (en las instrucciones es el “chungo”, pero Abril no lo ve así, XD) La princesa (o princeso) es encerrada en una torre, y el otro jugador, encarnando a Robin, intentará rescatarla. En este sentido, podríamos definirlo como un juego tradicional de dos jugadores, o podríamos transformarlo en un juego semicooperativo donde varios jugadores debaten sobre que hacer en su próxima jugada. No obstante, más de tres o cuatro jugadores en total puede hacer el juego algo tedioso y lento.
En cuanto al tablero, como os he dicho, es la caja. Sobre ésta se sitúa una cama de plástico con unos huecos, y, sobre ella, un tablero de cartón con unas losetas circulares que pueden levantarse para acceder a los huecos y esconder la llave de la torre en ellos. Además, en una esquina encontraremos un espacio reservado para colocar la torre y encerrar a la princesa (o princeso)
El juego viene también con un tablero semicircular que nos indica el lugar en el que empieza el mago, dos peones de madera para Robin y el mago, un peón de plástico que representa a la princesa (o princeso), dos llaves metálicas para activar la torre, y dos dados de madera que utilizaremos para elegir el jugador inicial en cada ronda y el número de casillas que pueden avanzar.
De todos esos componentes, el más llamativo es la torre, una pieza fundamental que da nombre al juego y simula la torre de un castillo. En su interior cuenta con un mecanismo que, si acertamos con la cerradura correcta, hace saltar a la princesa (o princeso)
No os asustéis, montar todo el tinglado no os llevará más de tres minutos. Lo duró vendrá cuando tengáis que decidir quién es el mago y quién Robin. Aquí las negociaciones pueden ser muy duras, reíros vosotros de lo que está pasando con nuestra situación política actual…Sino siempre se puede recurrir a la regla de que elige el jugador más joven : )
Después de solventar este paso, empieza el juego. El mago coloca su peón en el tablero accesorio que queda junto a la caja, es decir, tendrá que hacer un recorrido de cinco casillas antes de poder subir al tablero, ¿Por qué?, preguntaréis, no es que el mago tenga que venir del médico o, al conciliar, tenga que dejar a sus hijos con otra persona antes de ir a trabajar, es el mago quien esconde la llave e los huecos del tablero que os he mencionado antes, y como sabe donde está la llave, empieza más lejos para corregir esta ventaja a su favor.
Robin empezará sobre el tablero principal, en uno de los cuatro espacios habilitados para ello, pero sin saber dónde se encentra escondida la llave. No seáis malos, cuando el mago diga que no miréis para esconder la llave, no miréis.
Ahora, ambos jugadores tirarán los dados, uno nos dirá que personaje empieza primero a mover su peón, el otro nos dirá cuantas casillas pueden mover cada uno. Esta operación se tendrá que repetir todos los turnos, es decir, puede que ocurra que, por causas del azar, siempre mueva el mago primero, o viceversa, pero siempre será el dado quien elija. Una vez se ha producido la tirada se resuelve. El mago tendrá que acceder primero al tablero principal, mientras que Robin puede empezar a buscar la llave por las losetas del tablero. Gracias a que ambos peones cuentan con un imán en la base, al pasar obre la loseta correcta, arrastrarán las llave y podrán probar suerte en cualquiera de las cerraduras de la torre.
A partir de aquí se abren dos posibilidades:
1. La cerradura no es la correcta…Todos los peones vuelven a sus situación original, el mago vuelve a esconder la llave en otra loseta diferente y vuelta a empezar. Pero cuidado, ahora habrá que recordar cual es la cerradura que ha fallado, ¿seréis capaces?
2. Encuentras la cerradura correcta, la princesa (o princeso) salta de “alegría” y ganas la partida. ¿Te apetece jugar otra?
Poco más hay que añadir, es un juego entretenido y sencillo, fácil de montar y más fácil todavía de jugar y explicar. Un juego ideal para introducir a los más pequeños y una forma estupenda de materializar los tradicionales cuentos de princesas (o princesos) en apuros; si además ponéis voces e interpretáis a los personajes, podéis montaros una tarde de cuentacuentos interactivos impagable. Por cierto estas navidades jugamos en Zacatrus al Storytelling y Abril se lo quiere pedir para su cumple, ¿opiniones?
Vosotros, ¿quién queréis ser: Robin o el mago? Esperamos vuestros comentarios.
Jo! Me ha encantado!grrr….que pena que ya han pasado los cumples…tendré que esperar un poco…
Me ha encantado este juego! Memoria, emocion, azar… este me lo apunto
Ánimo con el final de curso.
Carmen.-
Has vuelto a hacerlo, crearme una necesidad xD y además me he reído muchísimo con la palabra «princeso». Luego me he puesto a reflexionar sobre cómo puede cambiar una palabra la percepción. Princeso me suena a chico vestido con un vestido de princesa (como el hijo de Adele en Disney) y príncipe a chico más «varonil».
A todo esto, gracias por la reseña, lo pongo ya mismo en mi Wishlist de Amazon 😉 espero que el curso te de algún respiro y tengamos más entradas tuyas por aquí.
Nos lo apuntamos, porque aunque yo soy filóloga, en casa somos muy de subrayar, marcar y doblar esquinas 😀
A partir de que edad lo recomiendan?
Qué chulada de juego de mesa, no le conocía! Gracias por el descubrimiento!!
Feliz día!
PD: Ya estáis votados 🙂
Me encanta!! Creo que lo apuntaremos para empezar los juegos de mesa con el peque.
Un pedazo de juego para los más peques!