Hell´s Kitchen de mesa (o como emular a un cocinero quemando «cocretas»)
Ya está, me cansé, he decidido reinventarme. Más vale tarde que nunca, pero me ha dado cuenta y la educación no es lo mío. Yo lo que quiero ser es artista cocinero, aunque no descarto todavía hacerme tester de superficies horizontales ergonómicamente adaptadas para el descanso lumbar…lo que viene a ser un probador de colchones de toda la vida XD
No, ya en serio, me gusta cocinar, pero a mi ritmo, como un picapedrero en la obra del Escorial, que soy de aplastar el aguacate con mortero porque me sabe más auténtico…y arriesgado, bajo la atenta mirada de las tigris hambrientas y presionado por la thermomix, que se siente despechada mientras afila sus cuchillas. Eso sí es un deporte de riesgo, como juntar al tío de Bricomanía, al último superviviente y la Guía Michelín XD
En fin, venga va, ahora en plan serio de verdad. Hoy os traigo un juego de mesa que es toda una experiencia culinaria: A la carte, de Karl-Heinz Schmiel, creado en 1989, reeditado por Moskito en 2009 y ganador en 2010 del Spiele Hit Für Familien; un juego donde emularemos a locos chef realizando los platos más extravagantes.
A fecha de hoy, y hasta lo que sé, no hay editora española que se haya animado a sacarlo en castellano. De hecho, no es que sea una novedad, todo lo contrario, es un juego alemán que tiene varios añitos a sus espaldas, pero que toca un tema que hoy en día está muy de moda. Nuestra copia la adquirió, tras verlo en el blog de Madre reciente, Bei en amazon -link afiliado-, era un regalo para Abril (4 años), y le llamaron la atención los componentes que traía. Yo ni siquiera lo conocía, es más, poco busqué por Internet, tan solo un vídeo explicativo que estaba en portugués. Sin embargo, existe una maquetación de las normas en castellano que podréis encontrar en la red y que aquí os contaré de forma resumida por si os animáis a «meteros en la cocina».
Empezando por los componentes, la gran mayoría son de cartón troquelado grueso y de buena calidad:
– 4 hornillos tipo camping que hay que montar antes de empezar a jugar, y que nos permitirán subir y bajar la temperatura de nuestro fogón gracias a una ruleta móvil.
– Varias estrellas de plato cocinado a la perfección…aquí el amigo se vino en algún momento para España y cayó una Guía Michelín :p
– Varias tazas de café que nos darán puntos adicionales o habilidades especiales en determinados momentos de la partida.
– Fichas de recetas con ilustraciones y textos algo cómicos…
…(solo hay que ver la Calzone Capone XD)
– 3 cucharones que representarán el número de acciones que cada jugador puede llevar a cabo.
– Un fregadero para tirar los ingredientes utilizados, hayamos acabado el plato con éxito o lo hayamos estropeado.
– Un cubo de basura, con su mosca y todo, para tirar los platos malogrados.
– Y cuatro bandejas para los platos acabaos con éxito o éxito relativo.
Otros componentes que llaman poderosamente la atención son las cuatro sartenes de metal y plástico que usaremos para cocinar; los ingredientes, pequeñas piezas de plástico irregular divididas por colores; y los contenedores de dichos ingredientes, unos pequeños botes transparentes que están hechos para que, a golpe de muñeca, caiga todo o caiga nada (hay que tener más práctica que un barman de prestigio sirviendo cócteles).
En cuanto a la mecánica, no es muy compleja. Cada jugador puede realizar tres acciones por turno y puede elegir entre sazonar su plato (cogiendo los botes de ingredientes e intentando que no caigan más de la cuenta)…
….O aumentar la temperatura del hornillo tirando el dado de temperatura.
Si la opción que decide es la segunda, el hornillo puede llegar a subirse hasta tres posiciones, puede también obligar a los otros jugadores a subir el suyo una posición (haciéndoles un favor o cargándose su plato) o nos puede permitir coger una taza de café y otorgarnos un punto extra o una habilidad para facilitarnos la labor.
Estas acciones podremos combinarlas como queramos o repetir tres veces la misma, la elección es nuestra.
Adicionalmente, cada jugador, durante su turno, puede tomarse una pausa para el café. Dicha pausa no consume acción alguna, y nos permite utilizar cualquier taza de café que hubiéramos ganado anteriormente para recuperar todas nuestras acciones, intercambiar nuestro hornillo con el de otro jugador o sazonar su plato hasta dejarlo incomible e «in-puntuable»…nadie dijo que no pudiéramos fastidiar a otros jugadores…ni picarte si te lo hacen a ti 🙂
Cuando un jugador termine su plato, si lo ha hecho cumpliendo escrupulosamente la receta recibirá una estrella, si se ha pasado con algún ingrediente (siempre que no haya más de dos cubitos de un mismo ingrediente o de sal) tan solo recibirá la puntuación que reza en la receta elegida. Sin embargo, poner un ingrediente que no toca o pasarse con alguno de los que si hay que utilizar (más de dos cubitos ) arruinará el plato y habrá que tirarlo a la basura.
Así las cosas, las acciones se irán sucediendo y los turnos irán pasando hasta que un jugador acabe con tres estrellas (con lo que gana la partida automáticamente) o sea el primero en acabar cinco platos.
Si ocurre lo segundo, todos los jugadores suman los puntos de los platos terminados que tengan en sus bandejas, ganará el jugador que más puntos haya podido «cocinar».
Y no hay mucho más, alguna regla especial a la hora de cocinar los crêpes, pero nada que no resolváis probando con el juego o en vuestra cocina. Como digo siempre, sencillo a más no poder, y útil para introducir a los peques en los juegos de mesa y pasar una tarde en familia.
Además, permite a todo aquel que juegue (grande o pequeño) familiarizarse con utensilios de cocina, ingredientes y vocabulario culinario. Y si tenemos en cuenta el apartado matemático a la hora de sumar los puntos que uno va obteniendo, y lo que supone aprender a seguir una receta y, por lo tanto, seguir un orden, tenemos un juego tremendamente útil para introducir y reforzar de forma divertida multitud de aptitudes académicas.
Venga, os animáis a probar…pero cantando…
¿Os suena? XD
Te felicito por tu interesante post. Muchas gracias el juego es muy interesante para mis dos enanos de cuatro y dos años.
Suena genial! Lo recomiendas para niños de 2,5 años??
Madre mía, otro juego a l «wish list».
Tiene una pinta buenísma y seguro que luego te abre el apetito!
Las sartenes y los fuegos son una monada, en esta casa causarían sensación.
Entre libros y juegos de mesa voy a tener que buscarme un trabajo extra de cocinera yo también para estas «necesidades» que nos creais.
Muchas gracias por la recomendación y por lo mucho que te curras tu sección!!!!