Dungeon Raiders (Mazmorreo de andar por casa o de piscina, según la época) de Devir.

Buenas a tod@s una vez mas a Juego de Tronas, una sección que, debido al trabajo, anda un poco parada, pero que vamos a intentar revitalizar de cara a las próximas vacaciones invernales, XD. Lo que hoy os traigo rompe un poco con lo habitual de la sección, si bien empezamos fuertes con Pandemia, un juego para un público adulto y adolescente, rápidamente viramos hacia juegos donde los peques fueran los protagonistas. Sin embargo, me veo en la obligación de ofreceros una alternativa para ese público original, un juego que no excluye a los peques porque su mecánica es muy sencilla, pero sí que puede no llamarles la atención por su temática.

La verdad, cuando vi el juego antes del verano no me inspiró una gran confianza, sin embargo, sí que apeló a mi nostalgia. Probablemente muchos recordaréis la serie Dragones y Mazmorras, una serie animada que se estrenó en España en 1985 con unos efectos acojonantes para la época y una temática que, por aquel entonces, intentaba abrirse camino a espadazos y hechizos dentro de nuestras fronteras (leches, mientras escribo ando cantando la cancioncita, XD)

Bien, esa serie estaba inspirada en el juego Dungeons & Dragons, y fue una buena piedra de toque para que juegos de ese estilo empezaran a cuajar en nuestro país. Pero quizás, el verdadero responsable de que muchos nos engancháramos a esto de los juegos de mesa y de rol fue el Heroquest, el hijo pródigo que, tras hacer acto de presencia a principios de los 90, desapareció para volver años después mutado en una evolución llamada Heroquest 25 Aniversario (las navidades de 2013 salió la campaña de mecenazgo y participé, ya no me quedan uñas ni dedos de tanto esperar su salida, jajaja) Una mecánica sencilla, una atmósfera que te atrapaba y unos personajes que dejaban huella, lo tenía todo (no me veis, pero estoy llorando delante del teclado, cuantas burradas hacías como master para fastidiar a los héroes, snif…)

Bueno, a lo que vamos, que sube el turrón. El juego que os traigo es un recuerdo de ese mítico Heroquest, mazmorreo de andar por casa, sin tablero ni miniaturas (salvo unos cubitos de plástico coloraos que simularán nuestra vida), solo con una colección de cartas con las que jugaremos, atacaremos y construiremos un tablero improvisado en cualquier lugar donde podamos encontrar un mínimo espacio.

Dungeos Raiders es un juego de 3 a 5 jugadores donde encarnaremos a los típicos personajes de fantasía (paladín, bárbaro, hechicero, etc.) para adentrarnos en una mazmorra, explorar sus diferentes niveles, derrotar monstruos y salvar trampas, para poder escapar con el mayor botín posible. Es un juego que llama la atención por su sencillez pero, sobre todo, por su componente cooperativo/competitivo, es decir, al final solamente gana un jugador, pero hasta ese momento todos los jugadores han tenido que colaborar para salir airosos y poder contar sus ganancias. Si un jugador huye de esa colaboración no solo se condenará, sino que condenará a todo el equipo.

En cuanto a los componentes, salvo los cubitos coloraos, el juego cuenta con 110 cartas, todas ellas ilustradas por un dibujante español para la edición en nuestro país y entre las que encontramos:

– Personajes: aquellos con los que los jugadores participarán. La carta representa también el equipo, la vida y las riquezas con las que cada uno empieza la partida.

– Enemigos: pues eso, los malos que se esconden en la mazmorra y hay que derrotar. Su nivel de dificultad aumenta con un mayor número de jugadores, y su carta especifica también cuantos puntos de vida perdemos en caso de ser derrotados. Aquí podemos encontrar dragones, trolls, esqueletos mejicanos, y hasta un Michael Jackson a lo Thiller, jajaja.

– Jefes finales: los chungos de verdad, el jefe final que te vas a encontrar sí o sí antes de salir de la mazmorra, por si creías que esto era fácil, XD. Nigromante, medusa, un gólem, un vampiro, una variopinta bandada de enemigos entre los que destaca El fisco, una especie de Montoro con colmillos (a veces la fantasía es muy real, jajajaja)

– Cartas de acción: valoradas de 1 a 5, suponen el valor de la fuerza de nuestro ataque, sustituyendo a los dados tradicionales.

– Objetos: nos dotan de ataques potentes o habilidades mágicas. Se descartan tras su uso.

– Cartas de dinero: para llevar la cuenta de nuestras riquezas.

– Trampas: pues su propio nombre lo indica, que van a fastidiar.

– Cámaras: lugares donde los aventureros encontrarán valiosos tesoros.

– Puertas cerradas: indican el principio de cada uno de las plantas en las que se divide nuestra mazmorra.

Como os he mencionado, el juego carece de tablero, son las propias cartas de monstruos, trampas, puertas cerradas y jefe final las que configuran la superficie de juego.

 

Teniendo en cuenta esto, lo primero que hay que hacer es barajar las cartas de mazmorra (monstruos, cámaras y trampas), ponerlas boca abajo y retirar 6 sin mirarlas. Después, damos la vuelta a las 12 siguientes y volvemos a barajar para mezclar estas cartas con el resto.

A partir de aquí usaremos las cartas de puerta cerrada para iniciar los diferentes niveles de nuestra mazmorra. Cogeremos una puerta y debajo colocaremos 5 cartas del mazo de mazmorra, esto lo haremos 4 veces más, colocando bajo el último mazo un jefe final que elegiremos al azar.

Ya tenemos construida nuestra mazmorra, como veis, es casi imposible que en futuras partidas podamos repetir una misma mazmorra.

Cada jugador coge un personaje al azar, recoge sus cubos de vida y otros objetos que puedas portar desde el principio, y coge sus cartas de acción. La partida puede empezar tras elegir a un jugador inicial.

En cuanto a la mecánica, lo primero que se hace es abril el primer nivel de la mazmorra. Se quita la puerta cerrada del primer mazo y este se despliega para que los jugadores vean lo que les aguarda. Podemos encontrar un nivel con todas las cartas boca abajo (lo que implica jugar cartas de acción sin saber lo que podemos encontrar hasta que las habitaciones se resuelvan), podemos encontrar todas las cartas descubiertas (sabemos que peligros esconde ese nivel y podemos plantear una estrategia entre todos) o podemos encontrar una mezcla entre cartas ocultas y cartas visibles. Sea como sea el nivel, una cosa tiene que estar clara, hay que colaborar para seguir avanzando, independientemente de que al final solo gane uno.

Para hacer frente a las diferentes habitaciones los jugadores tendrán que descartarse de sus cartas de acción (una por cada habitación) o de sus objetos. No os preocupéis, tras el nivel volveréis a recuperar todas vuestras cartas de acción, salvo los objetos que sí se descartan definitivamente.

Depende de lo que encontréis en cada habitación, la estrategia a la hora de jugar vuestras acciones será diferente, al igual que las consecuencias. Los enemigos necesitan que las acciones de todos los jugadores igualen o superen el valor de su fuerza para ser derrotados, si esto no ocurre, el jugador que haya jugado el menor valor pierde puntos de vida. Si es una trampa, hay de todo, pierdes dinero o vida según saques el valor más bajo o el valor más alto. O si es una cámara, según el valor que hayas jugado, así será tu recompensa.

Tras jugar todas las habitaciones de un nivel se pasa al siguiente siguiendo la misma mecánica.

Cuando llegues al último nivel, la última habitación encierra al gran jefe final. Si lo vencéis podréis salir de la mazmorra y contabilizar vuestras riquezas, quien haya ganados más, gana la partida.

Dungeon Raiders puede parecer complicado, pero creedme, tras un par de partidas habréis cogido el truquillo. Es un juego rápido (en 20 minutos habéis terminado) y sencillo de montar, lo que le convierte en candidato ideal para juego de viaje. Y no es un juego caro, lo edita Devir por poco más de 13 € y se puede encontrar perfectamente en Amazon (link afiliado), que la cosa no está para grandes dispendios, XD.

Además, admite todas las variantes caseras que queráis incorporar (como me gustaba esto del Heroquest). Imaginaos que enlazáis las diferentes partidas que jugáis para crear una historia en la que los héroes vayan aumentando su experiencia y su nivel. Podríais imaginar nuevos retos, habilidades especiales o una mayor dificultad para poder derrotar a los enemigos. Seguro que los peques rápidamente se enganchan si sois capaces de interpretar a vuestros personajes, XD.

Y vosotros, ¿recordáis algún juego mítico que cultivara en vosotros el amor por jugar? ¿tenéis alguna experiencia con el Heroquest? Esperamos vuestros comentarios.

 

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