Desde Madresfera nos han animado a compartir la iniciativa #TeLoPrometoORG, un intento global de frenar el cambio climático a través de pequeñas acciones que minimicen nuestro – brutal- impacto en el medio ambiente, pero no de una forma cualquiera, sino comprometiéndonos con nuestro bien más preciado, nuestros hijos, porque cuando les prometemos algo a ellos es más difícil que incumplamos nuestras promesas, ¿verdad? Aguamarina ya ha hablado de ello en este post, que os recomiendo leer encarecidamente, y hoy nos toca a nosotros contaros como intentamos concienciar a las niñas de la importancia de cuidar nuestro planeta.
En mis talleres Montessorizate!, siempre intento transmitir a los padres que acuden que somos el modelo de nuestros hijos porque como dice aquel refrán: “Lo que haces grita tan fuerte que no escucho lo que dices”. Somos su modelo a seguir todo el tiempo, a todas horas, y aunque ellos tienen su temperamento propio y están desarrollando su personalidad, absorben constantemente nuestras creencias y nuestros hábitos (sobre todo si les parecen interesantes, jiji)
Por eso, fomentar que desarrolle esta conciencia por el medio ambiente es algo de suma importancia, porque solo tenemos un lugar en el que vivir y debemos preocuparnos tanto por el planeta que le vamos a dejar a nuestros hijos y nietos, como por los hijos que le vamos a dejar a nuestro planeta, ¿No os parece?
En diciembre se celebrará en París la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y es por eso que desde Teloprometo.org nos piden ayuda para difundir su mensaje. La web que han preparado es bastante intuitita y para colaborar solo teneís que entrar en Teloprometo.org y elegir juntos una o varias promesas.
Nosotras nos hemos comprometido con estas acciones cotidíanas:
1/ Reciclar las hojas de papel. No hay nada de malo en reutilizar los folios que nos sobran de nuestro trabajo para que los peques desarrollen toda su creatividad artística, ¿Verdad? Igual no quedan tan bonitos los dibujos, pero los beneficios merecen la pena 🙂
2/ Usar menos productos desechables. Siempre digo que uno de lo motivos por los que empezamos a usar pañales de tela era en gran parte para mostrar a las niñas la importancia de la sostenibilidad y reducir nuestro impacto en el medio ambiente.
3/ Acordarnos de apagar los interruptores para no dejar los productos en standby, en esta promesa me voy a tener que aplicar porque siempre se me olvida, es un gasto energético absurdo pero con gran impacto en el medio ambiente (¡y en nuestra factura!)
4/Llenar la lavadora a tope y con agua fría. Esta promesa por suerte la tenemos muy interiorizada, tan solo lavamos con agua caliente la ropa interior y las bayetas de la cocina, ¡y los pañales de tela cuando aún los usábamos! También la llenamos hasta arriba, aunque es creencia popular que estropea más la lavadora y que se lava peor no hemos tenido esa experiencia (salvo con los pañales porque necesitan mucha, mucha agua para evitar olores, y siguen siendo más sostenibles que los desechables que también utilizan una gran cantidad de agua en su fabricación). También usamos poco detergente y nunca suavizante.
5/ Apagar siempre las luces de la habitación, ésta también la tenemos muy interiorizada y no solemos dejarlas encendidas, pero vamos a intentar esforzarnos todavía más para que no se queden encendidas en algún descuido
6/Ahorrar agua en la bañera/ducha. Esta promesa la deben tener bien interiorizada porque llevo más de cuatro años duchándome acompañada, jijiji. Las duchas comunitarias ahorran agua y son muy divertidas. Al encender el agua, ponemos el tapón y mientras yo me ducho ellas se van bañando. Triple ahorro, XD
7/ Separar la basura. En casa tenemos un cubo que nos permite separar en cuatro zonas: Orgánico, envases, papel y vidrio y poco a poco van asimilando como repartir la basura. Y también en que cubo de la calle dejar cada tipo de basura es importante, ellas se lo toman como un juego y es una lección muy importante, ¿verdad?
8/ Comprar productos sin embalaje, siempre preferimos ir a la frutería que al centro comercial, donde nos dan las frutas y las verduras en bolsas de papel, pedimos justamente la cantidad que necesitamos y además apoyamos a los pequeños comercios.
9/ Reciclar los embalajes, en ocasiones si es necesario comprar productos con embalaje, así que las bandejas las reutilizamos siempre, para nuestras manualidades, para fabricar materiales Montessori y para guardarlos en bandejas(las transparentes); los cartones los usan para pintar en ellos o hacer atriles de cartón y los de cristal (como los botes de conservas o de yogures) para reusarlos también en actividades de Vida práctica Montessori o como vasos y/o recipientes para preparar los alimentos antes de cocinarlos.
10/Reducir los desperdicios de comida. He dejado esta promesa para el final porque es una en la que nos tenemos que esforzar especialmente. Aunque ellas deciden siempre que cantidad servirse (y siempre las animo a servirse poco y repetir si lo desean), a veces tiramos comida. Normalmente yo actúo de coche escoba, jiji, y me como lo que dejan pero si son platos no vegetarianos no lo hago y en estas ocasiones se desperdicia comida, poca, pero algo se tira, y es algo que a mí personalmente me frustra doblemente, primero porque hay personas en el mundo que no tienen acceso a una mínima alimentación y segundo porque considero que el sacrificio de esos animales se va a la basura. Lo repito mucho, en plan loro que sé que se reíran de mí en treinta años XD, pero poco a poco lo van asimilando, aunque aún son muy pequeñas para interiorizarlo totalmente ( o yo soy muy exigente jiji), desde luego va a ser nuestra promesa estrella porque me afecta especialmente.
Todas las promesas realizadas se sumaran al proyecto Un millón por el clima. Os agradezco infinito que compartáis este post para que llegue a las máximas personas posibles y logremos un millón de promesas, ¡y las mantengamos!
Y vosotros, ¿os comprometéis como familia para lograr un mundo mejor? ¡O al menos reducir nuestro impacto en este planeta! No os olvidéis de entrar en la web Teloprometo.org y sellad juntos vuestra promesa. Solo hacen falta 21 días para pasar de promesa a hábito, ¡animaos!
Os dejo con este fragmento de María Montessori, en La mente absorbente:
Nunca podremos sentir la especie de adoración que los hindúes tienen por la vaca, por ejemplo, y viceversa, el hindú nunca podrá liberar su propia conciencia de este sentimiento. En consecuencia, estos caracteres parecen hereditarios y, sin embargo, el niño los adquiere del ambiente. Una vez vimos en un jardín anexo a la escuela Montessori local a un pequeño hindú de poco más de dos años que miraba intensamente hacia el suelo y parecía trazar una línea con la punta de un dedo. Había una hormiga que había perdido dos patitas y andaba con dificultad: el niño se había sentido atraído por esta desgracia e intentaba facilitarle el camino preparando con el dedo un lindero. ¿Quién no hubiera creído que el niño hindú “hereda” esos sentimientos de simpatía hacia los animales?
Entonces se aproximó otro niño, el cual, atraído por aquellas maniobras, vio la hormiga, puso un pie encima y la aplasto. El segundo niño era musulmán. Seguramente un niño cristiano habría hecho lo mismo, o se habría quedado indiferente: se podría pensar que el sentido de la absoluta barrera que separaba los hombres de los animales, era una cuestión de herencia y que, por tanto, solo algunos hombres pueden dar muestras de respeto y caridad.
Otros pueblos tienen otras religiones, pero incluso cuando el espíritu de un pueblo las repudia, el corazón se siente inquieto y molesto. Estas creencias y sentimientos forman parte de nosotros mismos y, como decimos en Europa, “las llevamos en la sangre”. Todos los hábitos sociales y morales que forman el conjunto de la personalidad, los sentimientos de casta y todas las formas de los demás sentimientos que caracterizan a un italiano típico o un inglés típico, se construyen durante la infancia por obra de aquel misterioso poder psíquico que los psicólogos denominan Mneme. Esta verdad también vale para ciertos tipos de movimiento característicos que distinguen las distintas razas. Algunas poblaciones africanas desarrollan y fijan cualidades despertadas por la necesidad de defensa contra animales feroces. Otras realizan instintivamente ejercicios apropiados para hacer más agudo su oído. El resultado es que la agudeza del oído es una de las características de los individuos pertenecientes a estas tribus concretas.Del mismo modo, todas las características son absorbidas por el niño, el cual las fija para siempre, incluso si la razón se opone a ello, pues en este caso persisten en el subconsciente del hombre, ya que todo lo que se ha formado en el niño nunca más podrá ser destruido totalmente.
Esta Mneme, que puede ser considerada como una memoria natural superior, no solo crea las características, sino que las mantiene vivas en el individuo: lo que el niño ha formado permanece para siempre en la personalidad, igual como ocurre con los miembros y los órganos, de modo que cada hombre tiene su propio carácter individual. Resulta imposible intentar transformar los individuos adultos….
… Transformémoslos, pues, cuando son pequeños 🙂
¡Feliz miércoles!
El favorcito 🙂
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Muy buenas promesas está tarde me pasare con los peques!!! Por cierto yo lo que hago con la comida que sobra es guardarle en un tupper en la nevera y siempre hay algún día de la semana que comemos de restos así no tiramos nada!!!
Gracias por comentar Nazareth! Y por sumarte!! Nosotros hacemos lo mismo, pero claro con la que ya han tenido en sus platos no se puede, aunque el «coche escoba» funciona bien para esto jiji
Besos!
Muy buena esta reflexión; es algo que yo tenía en la mente desde siempre pero cuando me quedé embarazada… algo hizo click en mi cabeza y le di muchísima más importancia! Así que intentamos hacer las cosas lo mejor posible en este tema!
Por cierto, ya está votado tu blog 😉
Feliz día!
Te sigo y me encanta leerte. Realmente tus post me aportan cosas y me hacen reflexionar. Sigue en la linea!!
Yo me metí con ellos en la página y los que tenían que comprometerse eran ellos.
Hacemos el 99% de lo sugerido (alguna colada con agua caliente se cuela) y era yo la que les explicaba por qué hacemos las cosas así en casa.
Intentar concienciarles de que no hace falta lavar la ropa que se ponen a diario (lo que no está sucio, vale de nuevo), no hay que comprar tantas cosas, hay que apagar luces…